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La Llacuna es una curiosa depresión geológica situada cerca de Castell de Castells, entre las sierras de Alfaro, la Aixortà y el Cocoll, dentro de la Marina Alta.
Está formada por una hondonada de grandes dimensiones y la ruta del día centra su atención en visitarla y realizar una pequeña circular para recorrer la zona.
Por primera vez el objetivo no será alcanzar una cima de gran altura, sino una depresión.
Iniciamos la ruta en Castell de Castells y en esta ocasión repetí lugar para dejar el coche como en la ruta de El Castellet (*). Si llegamos a Castells de Castells por la CV-752 desde Tárbena podemos dejar el coche antes de llegar a la población tras pasar un pequeño puente a la derecha, ahí hay sitio para dejar el coche sin problemas.
Iniciamos a andar y seguimos unos 50 metros por la CV-752 y cogemos un camino asfaltado haciendo un zigzag por encima del cauce del río Castells (en esta ocasión seco) y pasando junto a la antigua font de Castells de Castells, a la que se accede por unas pequeñas escalinatas si queremos.
El camino se vuelve calle y seguimos de frente hasta el final, giramos a la izquierda alcanzando la plaza de la Iglesia. Ahora callejeamos con un derecha/izquierda localizando la calle de la Constitución porque descendiendo por ella prácticamente ya salimos de Castells de Castells, en esta calle en su parte izquierda hay algo de arboleda.
Al final de la calle Constitución giramos a la derecha y la nueva calle, en la que ya no hay edificios ya tan solo farolas y un parque infantil, no llevará directos a una replaceta junto al cementerio del pueblo. Aquí seguimos recto siguiendo la dirección que llevamos, sin desviarnos, cogiendo un camino asfaltado que asciende levemente.
Ahora ascendemos por un camino asfaltado teniendo un pequeño barranco a nuestra izquierda y unas últimas casas de la población a nuestra derecha.
Al final del repecho llegamos a una casa de campo del extrarradio de Castell de Castells, la Masía Verdú, aquí la carretera llanea.
Y ya en llano hay que estar atentos porque debemos coger un pequeño camino que aparecerá a nuestra izquierda pasando unos 100 metros la masía, un pequeño hito de piedras nos advierte del desvío. Dejamos definitivamente atrás Castells de Castells y nos metemos en terreno campestre.
El camino en los primero metros se adentra en unos campos de cultivos escalonados, como bancales, los pasamos en línea recta y al final de ellos encontraremos un diminuto sendero que será el que nos permita ascender el barranco que tenemos justo enfrente.
El sendero es ínfimo, diminuto, y solo lo apreciamos unos pocos metros por delante nuestro. No debe ser un sendero de mucho tránsito.
En los primero metros zigzaguea continuamente y tendremos que prestar mucha atención para no descarriarnos, sobretodo en el punto del cambio de sentido. Por suerte este tipo de senderos siempre son más fáciles de seguir ascendiéndolos.
El zigzag es continuo y a cada cambio de dirección las perspectivas a nuestro alrededor van mejorando.
Poco a poco van emergiendo El Castellet, la parte de la Serrella de la Malla del Llop y la sierra de Alfaro. La Masía Verdú la vemos en la lejanía mirando hacia abajo.
Frente a nosotros un barranco que siempre vamos a tener a nuestra izquierda y el pequeño sendero bordeado de matorral y monte bajo. El ascenso es leve y muy sutil, sin grandes rampas.
Al poco el sendero pasará junto a unas curiosas moles rocosas de grandes dimensiones con apariencia de haber sido partidas artificialmente, como si se hubiera usado un gran "taladro" pues en sus laterales veremos unas marcas a modo de cañería. Supongo que alguna explicación tendrá pero en el momento me sorprendió bastante.
A mitad camino dejamos de zigzaguear y tan solo avanzaremos en paralelo al barranco y hasta muy cerca del borde en ocasiones y siempre en ascenso.
Cruzaremos de lado un segundo barranco secundario más pequeño haciendo una "V", por aquí vuelven a aparecer pequeños campos de cultivo dispersos.
Ya cuando en la parte superior de las lomas que tenemos al frente aparezcan unas antenas será la señal de que queda poco, empezamos a llanear.
Y empezamos a llanear porque el barranco por el que ascendíamos termina o mejor dicho la parte alta del barranco llanea y se usó para introducir campos de cultivo, ahora ya no tendremos la brecha del barranco a nuestra izquierda, tendremos campos de cultivo.
Ya en esta zona, en llano y en los campos de cultivo, el sendero se vuelve disperso y avanzar por este tramo será más bien intuitivo. El sendero será fácil perderlo pero en la práctica hay que avanzar en línea recta escogiendo las mejores opciones, sin meternos en los campos de cultivo y sin ascender la pequeña ladera que tenemos a la derecha y que termina en pinada, por suerte encontraremos algún hito de piedra marcando dirección.
Como puntos de ineludibles de paso está un árbol de copa redonda que alcanza el suelo y un gran pino (el más alto de toda la zona) y que está rodeado por una valla metálica, hay cerca un bebedero.
Al pasar este pino vallado, unos 100 metros más adelante, ya veremos el pequeño techo marrón de una edificación con una chimenea, nos dirigimos a ella y en esa dirección aparece ya un camino mucho más evidente.
Al intentar llegar a la casa conectamos con una amplia pista forestal, a la izquierda una cadena impidiendo el acceso a vehículos, a la derecha a escasos 20 metros la casa que debe ser utilizada con fines cinegéticos.
Giramos a la derecha y avanzamos por la pista forestal, esta es ancha (4-5 metros), de tierra muy rojiza y avanzaremos muy cómodamente y en llano.
Pronto pasaremos por un cruce a tener muy en cuenta, a unos 300 metros desde la casa. Es un cruce al que volveremos para regresar a Castell de Castells, desde aquí realizamos un recorrido lineal de ida y vta para visitar la Llacuna que ya empezamos a divisar.
Seguimos por la pista y a nuestra izquierda ya vemos perfectamente la Llacuna, una inmensa hondonada de grandes dimensiones, hay que aprovechar esta primera recta porque será por aquí desde donde vamos a tener las mejores panorámicas a la depresión.
Sus dimensiones son muy grandes, casi forma una circunferencia perfecta aunque realmente parece más ovalada. Podrían caber perfectamente 2 campos de futbol completos.
El fondo de la Llacuna aparenta estar siendo usado para el cultivo porque se puede apreciar delimitaciones con pequeños muros de rocas para diferenciar el uso.
Para llegar a ella iniciamos un descenso cómodo, sin gran desnivel, aproximadamente deben ser unos 50-60 metros de desnivel y el descenso es muy sutil, realizando una pequeña curva a la izquierda a mitad camino.
Tras la curva la panorámica se enturbia por las copas de los pinos y conforme avancemos perdemos perspectiva pero porque nos estamos poniéndonos al nivel de la Llacuna poco a poco.
Llegamos a un gran claro de tierras rojizas, la pista continua de frente pero aquí cogemos un camino que realiza casi una media vuelta a la izquierda y que desciende, sin duda es el acceso directo a la Llacuna.
Descendemos por el nuevo camino, este más empedrado en comparación al principal y en poco menos de 200 metros alcanzamos el nivel de la Llacuna, hemos llegado al objetivo.
Desde abajo tenemos la visión inversa y las sensaciones son de estar en algún estadio con el graderío a nuestro alrededor y perfectamente rodeados. Podemos avanzar un poco y hacer que esa sensación aumente a nuestro alrededor, porque es lo único que tendremos a la vista, las laderas descienden hacia la Llacuna.
El suelo es muy amable, nada de rocas o piedras, mucho césped y cómodo. Y es que el fondo de estos lugares suele ser muy fértil, de ahí que se aproveche para el cultivo.
Llegar aquí desde Castell de Castells ha sido muy fácil y sencillo pero eso no significa que nos merezcamos un pequeño descanso y disfrutemos del curioso entorno.
Volvemos sobre nuestros pasos ascendiendo por la pequeña pendiente que nos llevó al fondo de la Llacuna y así llegamos al cruce anterior, nos despedimos de la depresión.
Ya en el cruce si seguimos recto volveríamos a la casa y por ahí podríamos regresar por el mismo barranco de antes, esta vez descendiéndolo, pero haríamos al completo una ruta lineal.
Escogemos el camino de la izquierda que en su inicio asciende levemente en un sensible repecho.
Ahora nos centramos en regresar a Castells de Castells, la única visita importante de la ruta ya está hecha. El regreso lo vamos a hacer por un recorrido que combina la pista forestal y senderos, con algún cruce de tramos de carreteras.
El recorrido total es fácil pero hay que estar atentos a algún cruce muy a tener en cuenta.
A nuestra izquierda el valle interior que separa la Serrella de la sierra de Alfaro, debemos intuir la carretera interior por donde llegamos desde Tárbena. A la derecha el Alt dels Corralets, totalmente cubierto de pinada.
Seguimos por la pista forestal y tras superar el tramo en ascenso ya empezamos a ver el Castellet y la Malla del Llop, la pista avanza en esa dirección.
Tras el repecho empezamos a descender, el descenso es sutil y leve, sin grandes rampas, más bien será un tramo en el que llaneamos. Por aquí descartaremos un cruce a la izquierda, seguimos recto, es el único cruce que aparecerá.
Hacemos una gran "S" en el trayecto de la pista y esta poco a poco gira a la izquierda con una gran curva dirección este, estamos rodeando el Alt dels Corralets y al frente aparecerá una gran llanura, un pequeño valle que es el Plà de Dalt y a su izquierda los cortados de la parte alta del Cocoll. De momento las vistas están siendo bastante interesantes.
A partir de aquí empezamos a descender más continuamente. Hacemos unas pequeñas ondulaciones en el camino y pronto aparecerán las primeras casas de campo de la zona, exactamente pasaremos por 2 que estarán a nuestra derecha, a la vera de la pista y a la vez en este trayecto evitaremos 2 caminos a la izquierda muy fáciles de descartar.
También aparecerán pequeños campos de cultivos, se nota que estamos llegando a la altura del valle, estamos descendiendo mucho.
Así llegamos a un cruce de 4 caminos, a la izquierda se adentra en los campos de cultivo, al frente continua la pista, nosotros aquí giramos a la izquierda cogiendo la opción más cerrada, haciendo casi una media vuelta, justo aquí hay una gran arboleda rodeándonos y el nuevo camino está señalizado con un diminuto hito de piedras.
Cambiamos la pista por un sendero, el camino disminuye en anchura pero era obvio, seguimos llaneando y estamos muy bien bordeados de arboleda y algún campo de cultivo a la derecha.
A nuestra izquierda y a cierta distancia la ladera norte de la Aixortà y por tanto si ajustamos la vista y acertamos donde mirar podremos ver Els Arcs, o más bien intuirlos.
Tras unos 500 metros haremos una gran curva cerrada a la derecha y posteriormente otra a la izquierda (una gran "S") y tras estas curvas el camino poco a poco se irá convirtiendo en un pequeño sendero, a partir de aquí las sensaciones cambian y a mucho mejor, porque empezaremos a descender un bonito barranco.
El inicio lo marca una antigua casa de piedras abandonada por la que pasaremos a escasos metros, pero puede pasar desapercibida porque está muy invadida y tapada por vegetación.
Este descenso del barranco es muy corto, escasos 700 metros pero muy entretenidos y vistosos.
Por el pequeño sendero vamos a tener unas excepcionales vistas a un enorme peñón rocoso a nuestra derecha, el Morro de la Barrancada por cuya parte superior deambulamos momentos antes.
Al frente una enorme brecha de barranco por el que descenderemos por su margen izquierdo en un recorrido sencillo pero agradable. El entorno está muy invadido por vegetación.
Desde la parte alta del barranco ya veremos nuestro siguiente objetivo, un tramo de la carretera CV-752. En el horizonte el Castellet y la Malla del Llop y por delante un coqueto sendero por recorrer.
En el trayecto veremos señales de PR-V y será cuando alcancemos la carretera cuando descubramos la denominación gracias a un poste con indicaciones, es el PR-V 427.
Al llegar a la carretera la cruzamos de lado a lado sin más, pues justo enfrente tenemos la continuación, vemos una roca lisa vertical con señal PR-V, es por ahí.
Cruzamos la carretera con precaución y de nuevo entorno campestre y campos de cultivo.
Pronto llegaremos a un cruce del camino en una curva, aquí aún siendo un tramo de PR-V está escasamente señalizado y por intuición giramos a la derecha, descartando seguir de frente pasando por la curva.
Pasaremos por un tramo corto de arboleda y saldrá a la izquierda un pequeño barranco. Seguimos avanzando con más campos de cultivo a nuestro alrededor, el suelo por aquí se vuelve hormigonado.
Así llegamos de nuevo a la CV-752 y con un poste e indicaciones del PR.
Y esta vez ya no abandonamos el asfalto, giramos a la izquierda y por la carretera nos dirigimos a Castell de Castells para finalizar la ruta
Como siempre en estos tramos de carreteras por nuestra izquierda y con precaución, aunque no es una carretera muy concurrida.
Tras unos 400 metros y haciendo una pequeña curva a izquierda llegaremos de nuevo a la entrada de Castells de Castells.
Pero no llegamos a la población, junto al pequeño puente antes de entrar encontraremos nuestro coche.
Gracias a esta circular hemos descubierto la Llacuna, una hondonada perdida en la Marina Alta, un lugar interesante para visitar en un recorrido fácil y cómodo.

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0	Inicio ruta	00:00
1	Desvió ascenso bco	00:30
2	Pista forestal	01:25
3	La Llacuna	01:50	02:15
4	Giro a la derecha	03:20
5	Cruce carret CV-752	03:55
0	Fin ruta	04:20

FECHA	Abril - 2015
NIVEL DE RUTA	Bajo
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo Llacuna
ALTITUD CIMA	Sin cima
TIPO CIMA	Sin cima
KMS RECORRIDOS	11,5
PR-V/s USADO/s	427 Parcialmente