- La línea costera de la Marina Alta es uno de los mejores lugares para descubrir acantilados y bonitas calas en la provincia de Alicante y en esta tranquila pero atractiva ruta se descubre uno de esos tramos.
- Particularmente prefiero descubrir estos sitios fuera de la aglomeración veraniega, hacer esta ruta en pleno verano perdería todo su esplendor paisajístico, por eso me decidí a hacerla en pleno Enero (aunque soleado y caluroso) pero si no tienes más remedio valdrá la pena igualmente.
- El objetivo es descubrir 2 calas, una cueva, varias casas-cuevas, recorrer un selvático barranco y un sendero en el mismo borde de un acantilado, la cosa promete !!
- La ruta realiza al completo el sendero SL-V 50, por tanto no hay ninguna dificultad orientativa, aparte de que en todo el recorrido estaremos "encajonados" por el acantilado o el barranco.
- El inicio de ruta se encuentra en un entramado de calles compuesto de chalets y casas de campo de la zona. Primeramente hay que localizar un desvío en la carretera CV-737 que une Benitatxell con Moraira (el Camí de la Viuda). Este camino nos llevará a esa zona de chalets, localizamos la calle Canario porque ahí ya encontraremos un panel del SL-V 50 y su inicio.
- Intentamos dejar el coche en algún lugar que no moleste mucho y comenzamos a caminar, ahora por la calle Gaviota, por aquí ya encontraremos señales blanquiverdes, esta calle nos lleva directos al inicio del Barranco de la Viuda.
- En estos primero pasos aún estamos en zona "urbana", por tanto encontraremos algún acceso a casa de campo o chalet a descartar, debemos avanzar con tendencia a coger los desvíos a la izquierda.
- De todos modos, por aquí, el SL está bien señalizado y es intuitiva la continuación.
- Pronto nos enganchamos a un pequeño sendero que en poco metros nos lleva a la entrada del Barranco de la Viuda, casi sin darnos cuenta estamos rodeados de una espesa y agradable vegetación.
- Una vez dentro ya no hay posible pérdida porque no encontraremos ni desvíos ni variantes hasta el final, la Cala Llebeig.
- El tramo dentro del barranco se puede dividir claramente en dos partes.
- En la primera el recorrido es bastante fácil, mucha vegetación invadiendo el pequeño sendero y creando auténticos túneles verdes muy agradables de recorrer.
- Continuamente realizamos culebreos u ondulaciones prácticamente en llano.
- Este tramo es muy bonito, sorprende encontrarnos con tanta vegetación.
- Pronto aparecen 2 enormes peñones a ambos lados por encima o entre la vegetación, intuimos que el barranco se dirige irremediablemente en esa dirección y que entre ellos está la Cala Llebeig.
- Tras unos pocos minutos aparece un claro en el camino con un giro a la derecha señalizado. Ahí tendremos al frente, más claramente, parte del peñón izquierdo y descubriremos la aberrante imagen de encontrar chalets en su parte superior, desafiando las leyes de la gravedad. Típica imagen urbana de la alarmante voracidad urbanística en algunas laderas de montañas de la Marina Alta ¿era necesario construir ahí?
- Al llegar al claro y obtener esta horrenda imagen hemos salido de la espesa vegetación y ya tenemos al frente la brecha final del barranco que nos queda hasta la Cala.
- Aquí iniciamos la segunda parte del tramo del barranco, esta parte es más rocosa, con vegetación pero más esporádica, no tan tupida.
- En ocasiones tendremos que usar las manos para apoyarnos o asegurarnos pasos, pero sin mayores problemas, en realidad es un tramo muy dinámico y entretenido, pero hay que realizarlo con seguridad.
- Este tramo es espectacular, realmente estamos encajonados por 2 enormes paredes de gran altura y las rocas que componen esas paredes tienen unas formas muy singulares, como enormes cubos apilados creando así un peculiar rincón.
- Por ambos casos (seguridad y belleza del lugar) el paso por este tramo es mejor hacerlo con tranquilidad para así disfrutar del bonito entorno y a la vez no tener sorpresas.
- Aunque el lugar está encajonado y no hay pérdida es mejor ser fieles a las señales SL-V para realizar los pasos por las rocas por los lugares más idóneos.
- Dentro de "embudo" notamos que el barranco hace unas pequeñas curvas, al terminarlas aparece un pequeño sendero y "algo" de tierra llana, la cala ya está cerca.
- Seguimos por este sendero unos pocos metros, en la distancia aparecen unas pequeñas casas encaladas, se empieza a oír el oleaje del mar y el barranco se abre en su totalidad … bienvenido a la Cala Llebeig !!
- Espectacular, idílica y hermosa … la Cala Llebeig es una reducida playa rocosa con un encanto pasmoso, llegar a esta cala un día de Enero con un Sol primaveral me permitió disfrutarla con una intimidad y serenidad que me desbordó.
- La cala toda para mi y eso me permitió disfrutarla al completo y más al coincidir con un día de mar en calma chicha y de un azul casi turquesa.
- La quietud y la calma del lugar invita a recorrer la cala y de disfrutar de tan recóndito lugar.
- En la misma cala se encuentra unas pequeñas casas y casetas-cueva junto a una ladera pero todas cerradas. Un cartel informativo de la ruta nos permite conocer los usos que tuvieron al menos las casas.
- La cala está encajonada entre grandes peñones rocosos que hacen que su acceso solo sea posible o por el barranco o desde la Cala Moraig (nuestra continuación de ruta), no hay más y en ambos casos hay que realizar un largo recorrido (al menos a pie).
- Tras unos minutos de disfrutar de la cala, y tras romper la burbuja de la abstracción a la que uno se asume al ver por primera vez el lugar, finalmente aceptamos que tenemos que irnos y continuar la marcha de la ruta.
- Para ello nos dirigimos de nuevo hacia el Barranco de las Viudas porque justo cuando salimos, antes de llegar a las casetas, ahí vimos un panel informativo del SL-V y un poste indicando la dirección a seguir.
- Y la continuación es un buen repecho, un sendero con una inclinación considerable que nos permite por un lado continuar la marcha y a la vez volver a disfrutar de la Cala Llebeig pero desde un plano superior creando así un encuadre espectacular de la zona.
- Gracias al sendero ascendemos, y mucho, dejando la orilla del mar a cierta distancia, quizás a 70-80 metros. Ahora vamos a recorrer la línea costera a cierta altura para llegar a la otra cala del día, la Cala Moraig.
- Antes de iniciar la travesía visitamos la cueva del Morro del Bou, una pequeña oquedad en un lugar privilegiado para contemplar la Cala Llebeig, un pequeño abrigo.
- Continuamos por el sendero y por este tramo ahora iremos encajonados, a nuestra derecha el mar Mediterráneo del cual estamos separados por un alto acantilado (por tanto precaución) y a nuestra izquierda una enorme pared.
- Aunque avancemos por este sendero encajonados en ningún momento vamos a tener la sensación de vértigo o estar extremadamente expuestos, el trayecto es claro, definido y en todo momento estaremos bien guarecidos al no tener una caída completa. Aún así hay que avanzar con sentido común y no acercarse mucho al acantilado.
- Aun estando en un lugar extremo la naturaleza se ha abierto paso y encontraremos muy buena vegetación, e incluso por momentos agradables pinadas de mediana altura.
- En ocasiones el sendero es estrecho y angosto, en otras se abre y se amplia bastante sobre todo cuando la vegetación de nuestra izquierda desaparece y pasamos junto al paredón rocoso, aunque luego vuelve a ser un pequeño sendero.
- El paseo está siendo muy agradable, el lugar es muy bonito y al frente conforme avanzamos aparecen más acantilados en la distancia, podemos llegar a ver el Faro del Cabo de la Nao en el último puntal de acantilados.
- Llegamos a un paso interesante, un pequeño túnel creado por la caída de algunas rocas, es la antesala a la Cova Pepet del Morret. En esta zona notamos la presencia de la mano del hombre creando escalones y por supuesto sobre la cueva.
- La cueva es una antigua casa-cueva de pequeñas dimensiones, por suerte hay un panel explicativo relatando la historia y detalles del lugar. Una de las paredes está creada por piedra sobre piedra.
- Continuamos y en la distancia ya comenzamos a ver el Morro Falquí, un espectacular peñón con un impresionante cortado junto al mar.
- De nuevo otra cueva, esta es la denominada Cova del Ti Domingo l'Abiar pero esta ya de mayor tamaño. Al igual que la anterior aprovecha un pequeño abrigo rocoso para hacer una pared artificial de rocas y así crear una gran casa-cueva.
- Podemos adentrarnos a ella por una coqueta puerta y deambular por su interior perfectamente de pie, podrá tener unos 9-10 metros cuadrados, el tamaño de una habitación. Otro cartel nos detalla su corta pero interesante historia.
- Continuamos la marcha y ahora el Morro Falquí es quien se lleva todas nuestras miradas al presentarse en toda su plenitud en el horizonte.
- Si nos fijamos en la base de este enorme peñón descubriremos la bonita y pequeña Cala dels Testos, una cala con un acceso muy difícil pero eso le da un encanto especial. En esta ocasión no la visito, para otra ocasión.
- La que sí vamos a visitar es la Cala Moraig que también aparece poco a poco en el horizonte.
- Tras unos metros el sendero se hace más grande y ya no estaremos tan "expuestos" (¿aunque realmente lo estuvimos alguna vez? … para mí que no) podemos deambular con más tranquilidad.
- Llegamos así a la Cova de Les Morretes aunque no se encuentra junto al camino, se sitúa en un plano elevado y para acceder a ella hay que usar una pequeña escalinata de rocas.
- Igualmente usa un pequeño abrigo para crear una pared de rocas y así conseguir la cueva, esta muy estrecha, con el techo usándose casi como pared diagonal.
- Junto a la cueva están los restos de un antiguo horno de pan y pequeños pesebres para animales. Todo se encuentra en un estrecho de pasillo rocoso elevado sobre el sendero y por aquí encontraremos chumberas.
- Dejamos la cueva y ya notamos que dejamos atrás el tramo del acantilado, la faja que une las calas Llebeig y Moraig y notamos que estamos adentrándonos de nuevo en la "civilización" al ver de nuevo edificios sobre las colinas de la zona.
- El final del sendero termina con un pequeño pero empinado descenso hacia una carretera, al llegar a ella giramos a la derecha, descendemos.
- La carretera está vacía, sin movimiento … es Enero, rompe el silencio el paso de algún solitario coche que se dirigirá a alguna urbanización cercana.
- Doy por hecho que el cambio de ambiente tiene que ser total en pleno verano.
- Avanzamos por la carretera en descenso y así llegamos a un parking con una isleta triangular en el medio. Giramos a la derecha y seguimos descendiendo por la carretera en dirección a la Cala Moraig.
- El descenso es muy pronunciado y un cartel de tráfico ya nos avisa del 22% de desnivel.
- Estamos haciendo una media vuelta porque ahora vamos a tener al frente una franja verde bajo un gran acantilado, por ahí hemos llegado.
- Como es cuesta abajo nos dejamos ir pero justo unos metros antes de llegar a la Cala Moraig tomamos un desvío a la derecha que está acotado por una barandilla de madera que ya se apreciaba desde arriba, es un pequeño sendero.
- Al tomar este desvío llegaremos a la Falla de Moraig. El sendero al principio es en leve pero cómodo ascenso pero después se complica un poco al acercarnos a la falla, pero encontraremos tramos con cuerdas para asegurarnos, pero sin hacer trepadas o destrepadas, tan solo por seguridad debido al desgaste de las rocas.
- Antes de llegar a la misma falla veremos un arco a nuestra izquierda pudiendo ver el mar por el medio.
- Llegamos a la falla, el lugar es magnífico, una pared rocosa completamente vertical se muestra ante nosotros con el detalle de poder ver el mar justo en su base, o al menos intuirlo. Una auténtica joya de la geología.
- El lugar está bien acotado por una barandilla de madera, mejor no salirse de la zona de seguridad porque la caída es espectacular. De nuevo un cartel informativo nos detalla la información necesaria para comprender el lugar.
- El lugar no es apto para quien tenga aprensión a las alturas o vértigo.
- La pared se alza por encima de nuestras cabezas y su verticalidad impresiona, desde su base a su puntal superior la distancia es importante.
- Dejamos atrás la falla, regresamos por el mismo sendero y volvemos a la carretera de antes y continuamos el descenso hasta llegar a la Cala Moraig.
- La Cala es de mayores dimensiones con respecto a la de Llebeig, es más "pública", mucho más accesible para quien quiera. Una playa hermosa y encantadora gracias a varios detalles … sus cristalinas aguas, el Morro Falquí en la distancia y por supuesto la Cova dels Arcs.
- La playa se encontraba deshabitada, desangelada por ser Enero pero aún así con un encanto especial por su placidez y serenidad.
- Justo al llegar a la Cala, en su parte más derecha se encuentra el tesoro de la playa, la Cova dels Arcs, acotada por una barandilla de madera.
- A partir de que entremos a la cueva hay que llevar extrema precaución por estar en un lugar especial, el suelo es de rocas afiladas y hay que prestar atención de no tropezar.
- El acceso es un poco delicado al menos en los primeros metros, pero vale la pena adentrarse un poco más para poder contemplar otra maravilla de la geología, sus dos arcos.
- Una vez en el interior podremos contemplar mucho mejor los 2 grandes arcos formados gracias a un gran pilar central, en la parte superior podemos observar otro gran arco con forma de ventana-claraboya
- El lugar es magnífico, a través de arco izquierdo podremos observar el Morro Falquí creando un encuadre casi mágico. A través del derecho la inmensidad del mar Mediterráneo.
- Seguramente dependerá del estado del mar el que se pueda entrar a la cueva con mayor o menor tranquilidad y por tanto disfrute, por suerte la calma chicha del mar me dejó disfrutar del lugar.
- Uno de esos lugares que cuando se descubren por primera vez te dejan boquiabierto y sorprendido por la belleza natural.
- Salimos de la cueva y ascendemos de nuevo por la carretera hasta el parking de la parte superior con la isleta triangular.
- El repecho ahora con su 22% de inclinación positiva es un rompe piernas total pero nos lo tomamos con calma y a la vez que ascendemos disfrutamos del Morro Falquí.
- Al llegar al parking tomamos un camino de tierra que se encuentra en una esquina y que asciende levemente, está bordeado de una buena pinada.
- En el ascenso si tomamos un desvío a la derecha llegaremos a un antiguo horno.
- Finalmente llegaremos a un gran mirador que nos permitirá poder contemplar la Cala Moraig desde altura y acercarnos aún más al Morro Falquí. Desde aquí también podremos observar la Cala dels Testos mucho mejor.
- El lugar está muy bien acondicionado con sus barandillas, sus bancos de madera, sus papeleras … un mirador espectacular desde donde tendremos unas privilegiadas vistas al mar y a los acantilados de nuestro alrededor y de los lugares que acabamos de visitar y pasar.
- Dejamos el mirador, descendemos el camino hasta el parking y subimos el corto tramo de carretera hasta enlazar de nuevo con el sendero, Dejamos atrás Moraig y ahora toca volver a la Cala Llebeig recorriendo de nuevo el pequeño sendero junto al acantilado.
- Nos conocemos el recorrido por haber pasado momentos antes pero ahora todo está en posición inversa, incluso con otro color.
- Volveremos a pasar por las distintas cuevas-casas de antes.
- Como anécdota comentar que el mismo día que realicé la ruta operarios actualizaban los postes y carteles del SL-V cambiando las viejas y desvencijadas indicaciones por nuevas más relucientes. Mi sorpresa fue encontrarme con un nuevo desvío que en la ida no estaba, la Cova de Toni el Senyalat, justo en ese momento terminaban de instalar el poste-desvío y de desbrozar la maleza para indicar el sendero a la cueva.
- Como literalmente dijeron ellos … "eres el primero, estrenas tú el sendero" tuve el placer de abrir la cuenta oficial de visitantes a la cueva.
- La cueva se encuentra fuera del sendero que une las dos calas, se encuentra en un plano superior y para llegar a ella hay que realizar un pequeño zigzag en leve ascenso.
- La cueva siempre ha estado ahí pero deduzco que el conocimiento de ella y su acceso sería escaso, de ahí que la cueva aún tuviera marco de madera y su antigua, aunque muy deteriorada, puerta.
- La cueva es de igual tamaño a las anteriores y al igual que todas aprovecha un pequeño abrigo de rocas para cerrarlo con una pared de rocas. Tiene la ventaja de tener un pequeño respiradero natural al fondo.
- En el fondo de la cueva las paredes aparentan usarse como lejas naturales.
- El lugar es bastante bucólico y al ser el "primer visitante oficial" la visita me pareció algo "pionera", estaba todo como muy virgen, la misma cueva y por supuesto por el desbroce del acceso-sendero.
- Al haber ascendido levemente podemos contemplar el horizonte desde otro ángulo desde la misma puerta de la cueva.
- Continuamos el regreso y al llegar de nuevo a la altura de la Cala Llebeig las sensaciones son distintas, lo que horas antes era una cala iluminada por el Sol matinal, ahora juega con las sombras vespertinas.
- Descendemos el repecho y entramos al barranco de la Viuda, y al igual que la Cala Llebeig, al ser un barranco encajonado, ahora todo es sombras, parece que sea la primera vez que pasamos por aquí.
- Como ya conocemos el recorrido y lo que nos espera, intentamos recordar los pasos que hicimos horas antes para asegurar el avance, al menos en la parte más rocosa inicial.
- Al llegar a la parte con más vegetación se intenta disfrutar al máximo, el lugar tiene un encanto muy especial, auténticos embudos verdes nos cobijan al avanzar por tan exiguo sendero.
- Salimos del barranco y de nuevo casas de campo y chalets a la vista, llegamos de nuevo al inicio de ruta donde nos espera nuestro coche.
- No hemos ascendido grandes montañas ni recorrido largos caminos, terminamos la ruta con la certera sensación de haber recorrido uno de los más bonitos y encantadores senderos costeros de toda la costa alicantina.. Totalmente imprescindible.
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