- Ruta por las proximidades de Aitana, esta vez para visitar un pequeño peñón situado hacia el este, el Peñón Molero.
- Al pertenecer a estribaciones de Aitana su cima se sitúa a 1306 m de altitud, muy por debajo de Aitana pero no muchas cimas de la provincia sobrepasan los 1300 m.
- La ruta se recorre en su mayor parte por caminos y pistas forestales muy fáciles de seguir, a excepción del ascenso a la Penya de Sella que se realiza por un barranco angosto y agreste, en ocasiones duro, pero el esfuerzo valdrá la pena.
- A la vez combino tramos realizados en varias rutas anteriores, algo que me ha ofrecido cierta “ventaja” en orientación.
- El inicio de ruta se encuentra en el refugio de la Font de l’Arc, cerca de la población de Sella, lugar habitual de inicio (o de paso) de rutas senderistas por la zona.
- Está situado a 4 kms de la población de Sella, el acceso se hace por una carretera en la primera curva a la derecha justo antes de entrar al pueblo y si lo hacemos desde Orxeta.
- El refugio se encuentra ya en plena naturaleza, alejados de cualquier signo de civilización, rodeados de grandes pinadas y encajados por las laderas de la Penya de Sella.
- Salimos del parking ya andando y al salir al cruce del poste con PR-V’s giramos a la izquierda, en dirección al asfalto. Los primeros kilómetros de la ruta serán por la carretera que usamos para llegar al refugio, como regresando a Sella.
- Por tanto el tramo es cómodo y ligero, debemos continuar por la carretera aproximadamente unos 2,5 kms.
- Estos primero kilómetros nos pueden servir para calentar piernas y disfrutar de unas bonitas vistas hacia la ladera sur de la Penya de Sella a nuestra derecha, que seguramente empezará a ser iluminada por los primeros rayos de Sol si hemos madrugado.
- El recorrido es fácil al ser llano, hay que seguir casi en línea recta sin ningún tipo de desvío, y si lo hay es fácil de descartar. Por el camino postes de los PR-V 9 y 12 y del SL-V 112.
- Podemos usar igualmente el tramo para intuir y especular por donde vamos a ascender la espectacular ladera de la Penya de Sella. Desde aquí abajo se nos antoja angosto y vertical y tras otear la ladera le descubriremos una brecha y será fácil acertar que ascenderemos por ese barranco.
- Un tramo duro y muy vertical, una especie de canal parecido al del Puig Campana en su vertiente sur. Y al que no le vemos el final porque en su parte más alta hace un recodo hacia la izquierda (continuando el ascenso). Unos 600 m de desnivel casi directos.
- Pero sabíamos a qué veníamos y ese barranco ya teníamos constancia que no iba a ser un paseo campestre.
- Tras varias ondulaciones y culebreos por la carretera, tras los 2,5 kilómetros, llegamos a una curva cerrada en forma de herradura, llegamos al desvío en el que dejamos el asfalto.
- Hacemos el recorrido de la herradura y así llegamos a un cruce que asciende el pequeño montículo al que le hemos hecho la semicircular con la herradura.
- Dos senderos señalan esa dirección, los paneles del PR-V 198 y el SL-V 112 y ambos hacia “La Solana”, también hay una panel indicando “Camino particular”, ahí dejamos el asfalto.
- Este nuevo camino es de tierra y por él hacemos de nuevo una corta semicircunferencia en ascenso para encarar enseguida la ladera de Sella, pero tras unos pocos metros hay que hacer un cambio de dirección importante, tomamos un desvío a la izquierda en escasos metros, un par de hitos nos advierten del desvío (Si seguimos de frente llegaríamos a la casa particular que vemos en la distancia).
- Curioso que este importante cambio de dirección no esté señalizado por ninguno de los 2 senderos.
- Tras tomar el desvío a la izquierda continuaremos por un camino empedrado por el que prácticamente en línea recta nos lleva a las faldas de la Penya.
- En este tramo acaban las especulaciones sobre por donde ascenderemos la Penya de Sella, es bastante notoria la brecha, el barranco que vamos a usar en breve, lo tenemos al frente un poco a la derecha.
- Por el camino ascendemos levemente, por aquí el PR-V 198 con sus señales de pintura y algún panel hace acto de presencia. Tras unos metros nos adentramos en una pequeña pinada, pasamos por bajo de un tendido eléctrico.
- El recorrido en línea recta es de unos 500 m, cuando estamos en la pinada aparece una carretera asfaltada, ¿y ahora? Aquí los 2 senderos convergen, el SL-V indica hacia la izquierda, nosotros continuamos por la derecha, aunque sin marcas del PR-V al principio.
- Andamos por el asfalto escasos 20 metros y encontraremos un pequeño poste del PR-V señalizando un camino de tierra que asciende a la izquierda del asfalto, lo seguimos.
- Hemos cruzado la carretera pero con el pequeño “impasse” de los 20 metros.
- Avanzamos por el camino de tierra escasos 50 metros y tomamos un sendero continuando en línea recta (el camino gira bruscamente a la izquierda), en este punto damos el pistoletazo de inicio al ascenso a la Penya de Sella.
- A partir de aquí hay que procurar ser fiel a las marcas blanqui-amarillas del PR-V 198.
- El sendero aún existiendo es bastante ambiguo (y más en estos primero metros) y es fácil extraviarlo aunque sea temporalmente, mucho matorral y monte bajo para un sendero pequeño y exiguo.
- Pero por suerte el sendero está muy bien señalizado y es un buen aliado en algunas zonas inciertas.
- Los primero metros son en clara dirección de ascenso directo hacia las mismísimas faldas de la Penya de Sella, pero es un ascenso de poco desnivel, más bien una aproximación.
- Tras unos 400 metros, cuando ya nos hemos acercado bastante a los paredones de la sierra, el sendero poco a poco gira hacia la derecha para continuar en paralelo a ella.
- El ascenso termina por el momento aquí, ahora avanzaremos llaneando (o realizando vaivenes continuos).
- Aunque el ascenso no ha sido intenso, si que nos ha permitido adentrarnos en las faldas de la Penya de Sella. A nuestra izquierda las enormes paredes asoman como enormes fachadas de edificios, a nuestra derecha mirando ya hacia abajo, el barranco d l’Arc. Estamos encajonados a media altura, solo queda una dirección a seguir.
- Pero aunque parezca que la dirección a seguir sea fácil al estar encajonados, de nuevo hay que intentar ser fieles al PR-V para continuar un avance sin sorpresas.
- Aunque el tramo no llega a ser peligroso, sí es cierto que estamos a media altura de la falda de la Penya de Sella con un declive importante a nuestra derecha.
- Y el sendero sigue siendo diminuto y en ocasiones ambiguo por estar rodeados de maleza y monte bajo, pero en caso de duda mejor otear y encontrar las marcas porque el sendero está perfectamente señalizado. Incluso saldrán al paso postes que al verlos en la distancia nos pueden orientar mejor la dirección seguir.
- Y así, en paralelo a la sierra avanzaremos unos 500 metros, un tramo aéreo y por tanto interesante.
- Poco a poco nos iremos aproximando a la entrada del barranco de ascenso que conforme avancemos ya lo intuimos.
- Finalmente llegamos a la base del barranco de ascenso, la enorme brecha que prácticamente parte en 2, por un pequeño tramo, a la Penya de Sella. El barranco por el que ascenderemos lo tenemos justo frente a nosotros y solo nos queda mirar hacia arriba, tragar saliva y exhalar aire.
- Ante nosotros unas inmensas paredes extremadamente verticales, enormes, totalmente rocosas, sin vegetación. Empieza lo duro.
- Desde abajo, en el inicio del barranco, el aspecto de él me evocó el recuerdo de la canal del Puig Campana, quizás no tan vertical, pero si agreste y desafiante.
- Nadie dijo que fuera a ser fácil pero tampoco encontrarnos con un barranco tan escarpado y abrupto, pero no hay vuelta atrás y aceptamos el desafío, iniciamos el ascenso.
- Al igual que en el Puig Campana, el ascenso se realiza por el margen derecho del enorme barranco, justo en medio un enorme pedregal de infinitas rocas y en el margen izquierdo inexpugnables paredes verticales.
- Y como ya apreciamos en el inicio, el barranco hace un recodo hacia la izquierda en su parte final que no deja ver cuando terminaremos de ascender desde aquí abajo.
- Primeramente hay que cruzar el barranco (que aquí abajo es un saltito) y comenzar a ascender por el margen derecho.
- Estos primero metros de aproximación y acercamiento a la entrada principal son algo ambiguos, aunque existe sendero y está señalizado es fácil extraviarlo pero como el objetivo es obvio e inminente no hay problemas, nos engancharemos a él en cualquier momento.
- Pasamos bajo unos grandes pinos (los pocos de la zona) y en el tronco de uno de ellos encontraremos señales del PR-V.
- Aquí ya comenzamos a ver el inmenso pedregal que tiene en su parte central el barranco, parecido al del Puig Campana en dimensiones.
- Aunque sendero exista es inevitable descarriarse y finalmente ascender por donde “humanamente” sea posible. Al estar encajonados esto no conlleva problema, más tarde o temprano nos engancharemos de nuevo al sendero y volveremos a ascender más armoniosamente.
- Aunque incluso sabiendo que avanzamos por el tramo señalizado, el trayecto en ocasiones es despiadado con nuestras piernas, en el interior del barranco no hay treguas.
- La verticalidad es constante y abrumadora en todo momento, a eso añadimos que en alguna ocasión tendremos que acercarnos mucho al pedregal y ascender muy cerca o incluso por él, con las consiguientes mini-avalanchas de rocas.
- Y no es que nos hayamos descarriado, es que el sendero pasa literalmente por él en algunos metros.
- El tramo es altamente espectacular, poco a poco somos engullidos por el barranco obteniendo el efecto embudo al estar atrapados por inmensas paredes verticales a ambos lados.
- Si miramos hacia atrás el Puig Campana habrá desaparecido, tendremos tan solo en la distancia la cresta del Castellet (parcialmente) y la sierra de Orxeta.
- Y si miramos hacia arriba poco a poco nos vamos acercando al recodo que hace el barranco, el giro a la izquierda y al aproximarnos a este recodo el sendero se vuelve más perceptible pasando por tramos de roca fija y poca vegetación que facilita mucho más el duro ascenso.
- Finalmente llegamos al recodo, al inicio del giro a la izquierda que hace el barranco, aquí encontraremos un pequeño oasis en el ascenso, un pequeño rellano en donde descubriremos una gran cueva que sorprende mucho por su ubicación tan aislada.
- Y realmente a la cueva hay que acercarse adrede porque se encuentra pegada a la pared más a la derecha y podríamos pasar de largo y tomar el recodo y terminar el ascenso, pero mejor acercarse y realizar un pequeño descanso.
- Realmente no es una cueva, es más bien una oquedad techada porque tiene poca profundidad pero de grandes dimensiones su bóveda y todo en un espacio totalmente llano pero repleto de piedras caídas de las paredes.
- El lugar es idóneo para un pequeño descanso, retomar aliento y ser consciente de donde estamos, de ubicarnos en la Penya de Sella.
- Estamos en el interior de un inmenso barranco, justo en la mitad de él, rodeados de colosales paredes, un lugar privilegiado.
- Poco se puede ver de esta pequeña cueva por su tamaño y desde ella el horizonte es muy cerrado por el efecto “embudo” pero sin dudar es un perfecto punto de paso para recobrar energías y otear lo que queda por ascender.
- Desde la cueva veremos que la parte que falta por ascender tras el recodo es igual (o más) vertical que el tramo inicial ya realizado, pero con la ventaja de que ahí no existe pedregal.
- Pero la verticalidad y el declive extremo están ahí, esperándonos.
- Dejamos la cueva y proseguimos lo más pegados posible a la pared que tenemos a nuestra derecha, ahí encontraremos el recorrido más asequible y señales del PR-V, también el único tramo de vegetación desmedida.
- Una piedra separada de la pared con una señal que se ve en la distancia nos marca un paso interesante, unos pocos metros en llano y … a ascender.
- Al no tener esta parte del barranco pedregal el ascenso se hace más llevadero, no incurriremos en incomodas avalanchas.
- Por aquí el sendero está mejor definido y será muy fácil continuarlo.
- En esta segunda parte tendremos a nuestra derecha una pared inmensa que será la que nos encauce en el recorrido.
- Una pared completamente vertical cual fachada de edificio. Los paredones de la Penya de Sella son impresionantes pasando por aquí.
- Pero la verticalidad es la misma, igual de agresiva y constante, sin treguas. El avance lento pero seguro, casi escalonado al no haber zigzags. En línea recta y con verticalidad opresiva ¿esto cuando termina?
- A cada paso las vistas se aclaran a nuestro alrededor, el Puig Campana vuelve a aparecer y el efecto embudo se desvanece al abrirse el horizonte, pequeñas señales de quedar poco por ascender.
- Pero no hay que fiarse. Cuando la pared que hemos tenido a nuestra derecha termina, podemos pensar que ya terminamos de ascender pero no es así, tan solo será la señal de que el tramo más vertical terminó.
- Aparecen hitos de piedras y el sendero se apacigua y se vuelve más bondadoso, aunque tenemos que seguir ascendiendo aunque ya de una forma más llevadera.
- Miramos hacia abajo, hacia la cueva y la vemos como un diminuto punto de paso dentro del barranco … ¿hemos estado ahí al fondo?
- Pero nos centramos en mirar a nuestro alrededor y el horizonte definitivamente se ha ampliado, frente a nosotros más Penya de Sella pero ya casi al mismo nivel que nosotros, esto tiene pinta de que acaba.
- A nuestras espaldas el barranc de l’Arc está lejano y el embudo del barranco que terminamos de ascender lo vemos en la distancia hacia abajo.
- Finalmente llegamos a llano. A ambos lados tenemos pequeños cerros de la Penya de Sella y frente a nosotros un pequeño collado por el que avanzamos, ahora cómodamente. Se nos hace extraño poder avanzar 2 metros en 1 segundo, instantes antes avanzar 1 metro era un pequeño logro tras otro, por fin las piernas se relajan.
- Y por fin aparece en la distancia Aitana con su enorme esfera, al verla uno siente la sensación de, por fin, terminar el ascenso a la Penya de Sella.
- Ha sido un ascenso duro, imponente, de más de 600 metros de desnivel en apenas 2 kms, pero la recompensa la tenemos, ya estamos en la parte alta de la Penya de Sella y cualquier atisbo de cansancio desvanece, las vistas son sensacionales.
- Llegados aquí tenemos que ser consciente de que lo peor de toda la ruta ya ha pasado, a partir de aquí seguiremos ascendiendo poco a poco, pero muy continuamente hasta la misma cima del Peñón Molero pero por cómodos caminos y pistas forestales.
- Continuamos avanzando y por esta parte alta de la sierra el sendero y señales del PR-V los perdí o desaparecen, pero realmente no importa, hay que continuar en dirección oeste, a la izquierda conforme llegamos.
- En esta parte alta la roca es lapiaz, con muchas aristas, esperando el despiste de algún tobillo, por tanto el avance por las rocas con precaución.
- Más pronto que tarde deberemos contactar con algo parecido a un sendero llevando esa dirección, seguramente con el entusiasmo de alcanzar la parte alta se pudo distraer la continuación, pero sin mayores problemas.
- Este sendero-camino es medianamente ancho y está señalizado con pequeños hitos de rocas. Si estamos atentos veremos un vértice de la Red Geodésica Valenciana por esta zona, tan solo una placa casi a ras de suelo con numeración 847-42-01.
- Llevando esa dirección, a corta distancia y a nuestra derecha, deberemos ver unos bancales escalonados entre pinos.
- Aparecen de pronto grandes hitos de rocas, 2 muy juntos, aunque uno aparenta ser un puesto de caza, hemos llegado a un pequeño cerro de esta parte alta de Sella, estamos a 1109 m de altitud.
- A partir de aquí el camino empedrado desciende directamente hacia un pequeño sendero que ya vemos notoriamente y que se encuentra junto a una generosa pinada. Al llegar a él giramos a la derecha, como haciendo media vuelta.
- Seguimos por el sendero adentrándonos en la pinada pero enseguida saldremos de ella teniendo junto a nosotros, a la izquierda, aquellos bancales escalonados que vimos momentos antes. También aparecerá una pequeña casa encalada con muros de rocas.
- Continuamos por el sendero en leve descenso y en pocos metros cambiaremos el sendero por un amplio y cómodo camino de tierra por el que avanzaremos en llano.
- El camino se adentra en una buena pinada por la que iremos cobijados un buen tiempo, ofreciéndonos sombra y un poco de tregua.
- A nuestra izquierda, a una distancia cercana, tendremos la rocosa ladera sur de Aitana en toda su envergadura y es que estamos a escasos 2 kms de ella.
- Al frente, entre la pinada, se empieza a vislumbrar una casa, hacia ella nos dirigimos por el camino.
- Al llegar a ella la arboleda termina, hay que doblar por la esquina más a la izquierda de la casa continuando así por el camino. En una puerta metálica observé la única denominación que le pude ver al lugar … “Teresa”.
- Doblamos la esquina de la casa y comenzamos a descender levemente y casi en línea recta, y en tan solo 250 m, llegaremos a la Font Pouet Alemany.
- La Font es un murete de rocas con varios caños de agua que cae y se recoge en una pileta alargada pero en esta ocasión todo está seco, aunque le he visto tiempos de bonanza en otra ocasión.
- La font es un cruce de camino, a la izquierda (en casi media vuelta) hay una carretera por la que se puede acceder hasta aquí en coche, de hecho lo normal será ver alguno estacionado por las cercanías.
- Nosotros vamos a continuar por la derecha, como continuando de frente al llegar a la font, tomando un amplio camino de tierra, una pista forestal diría.
- Este camino lo usaremos por un buen tiempo y nos llevará hasta las inmediaciones del Peñón Molero, al collado entre el Molero y el Alt de la Tagarina y por el camino no encontraremos prácticamente ni bifurcaciones o desvíos, por tanto … a disfrutar del entorno y trayecto.
- En los primero metros avanzaremos en llano o en ascenso muy leve cuando hagamos una gran “S” en el camino. Poco después aparece un camino a la derecha.
- Al inicio de este camino hay una barrera y un “Propiedad privada”, nosotros seguimos de frente, este es el camino que hay que usar si queremos ir a la cima del Penyó Diví (que intuimos en la distancia).
- A partir de aquí ya sí que no aparecerá ningún cruce.
- Seguimos y el camino se vuelve más empedrado y empinado, aunque no será con una inclinación importante, estaba claro que debíamos empezar a ascender tarde o temprano.
- Aunque la vegetación no es muy importante sí que encontraremos pinos y carrascas jóvenes.
- Las vistas a nuestro alrededor no han cambiado mucho, a nuestra izquierda seguimos teniendo Aitana y a nuestra derecha conforme vayamos ascendiendo irá apareciendo el Puig Campana de nuevo.
- Hay un pequeño tramo que se realiza en perfecta línea recta, más de medio kilómetro sin ninguna mínima curva y será justo en esta línea recta (en la parte final) cuando a nuestra izquierda, a escasa distancia, aparecerán bancales escalonados.
- Tras esta gran recta en ascenso volvemos a llano y hacemos un par de curvas cerradas, una gran “Z”, primero para sortear un pequeño barranco y después para encarar ya el definitivo tramo de ascenso.
- Tras la segunda curva (en forma de herradura) y al haber tomado ya altura, el Puig Campana ha emergido en su totalidad pudiéndole ver su cara norte a contraluz.
- A partir de aquí ya notamos que nos dirigimos a un collado y acertaremos al pensar que a la izquierda está el Alt de Tagarina y a la derecha el Peñón Molero, nuestro objetivo del día.
- Este último tramo-repecho es igualmente una gran recta de más de 1,3 kms con tan solo un pequeño vaivén (tramo en llano) a mitad camino.
- Este último kilómetro es en continuo ascenso, no muy duro pero si continuo y en su parte final es cuando mejor tendremos el perfil de llegar a un collado pues tendremos una perfecta imagen de una “V”.
- Así llegamos al Collado de Tagarina, ahí encontraremos un poste indicando Benifato siguiendo de frente y hacia un sendero botánico y el Passet de la Rabosa subiendo un buen repecho hacia la izquierda.
- Nuestra continuación hacia la derecha no está señalizada y a la vez el camino no está muy marcado (comparado con el que se dirige a Aitana) aunque se aprecia.
- Pero lo más interesante de llegar al Collado de Tagarina es conseguir el cambio de vertiente y empezar a poder contemplar una impresionante panorámica hacia el Valle de Guadalest y a toda la Serrella y Aixortà.
- El impacto visual es importante porque al haber estado andando por la ladera sur de Aitana quizás algo encajonados y sin un horizonte abierto, el cambio es arrollador.
- Uno no puede evitar quedarse contemplativo ante sugerentes vistas y comenzar a enumerar las partes de la Serrella e intentar adivinar las pequeñas sierras asomando por detrás o por los lados.
- Continuamos la marcha y nos enganchamos a ese camino, no muy marcado, que inicia el ascenso definitivo al Peñón Molero.
- En los primero metros realiza una curva a izquierdas para después encarar casi en línea recta el ascenso definitivo al pequeño peñón.
- El camino es ancho y muy empedrado, y conforme avanzamos se define mucho mejor.
- El trayecto hasta la parte superior del peñón es en continuo repecho, pero bastante llevadero. Sabedores que nos queda poco la acumulación de kilómetros y desnivel no lo notamos.
- Y tenemos la ventaja de que el camino pasa muy cerca del precipicio hacia el Valle de Guadalest, dándole al tramo un valor muy interesante pues a cada paso las vistas hacia el Valle engrandecen, vamos tomando altura y las perspectivas hacia la Serrella mejoran.
- Y si miramos hacia atrás el camino hacia el Passet de la Rabosa, que también asciende, se nos presenta interesante (para otra ocasión).
- Tras unos metros empezamos a notar que ya no tenemos más peñón por encima de nuestra cabeza, comenzamos a llanear, estamos en la cima del Peñón Molero.
- Como el peñón no es una cima valorada, más bien un punto de paso, tan solo encontraremos pequeños hitos de roca a modo de “eh! No sigas buscando, es aquí”
- Decidir cual es la verdadera cima del peñón es complicado pues realmente es una gran explanada toda su parte superior. Nos acercamos a uno de esos pequeños hitos y aceptamos la propuesta como la cima del Molero, pues realmente ya no hay nada por encima de nosotros.
- Estamos en el borde de los precipicios del Molero con la enorme panorámica del Valle de Guadalest, parecida a la del collado anterior o quizás mejorada al estar a más altura.
- Las vistas son soberbias, espectaculares, ante nosotros, mirando hacia el norte tenemos toda la Serrella al completo y desde aquí la podemos mirar de tú a tú al estar a 1306 m de altitud.
- Más hacia la izquierda, al final del embudo del valle de Guadalest, podremos llegar a observar el Montcabrer sin mayores problemas en la distancia y más a corta distancia, en las faldas de Aitana, el Castell de Confrides.
- Siguiendo la línea de la Serrella, el Plà de la Casa y la Malla del Llop, tras la Canal veremos el Castellet y después ya la Aixortà, quizás la más en perpendicular a nosotros.
- Más a la derecha vislumbramos, porque no se aprecia al completo, Bernia.
- En el fondo del valle las poblaciones de Guadalest, Benimantell, Beniardá y Benifato.
- Si nos damos la vuelta la panorámica no es coja, pues tendremos el Puig Campana y muy solapados el Ponoig y Sanxet.
- Con semejantes vistas, el lugar es idóneo para un merecido descanso y disfrute visual, objetivo cumplido.
- Continuamos la marcha y seguimos por el camino por la misma dirección que llevábamos.
- A los pocos metros de empezar a andar el camino se desdobla …¿izquierda o derecha? Da igual porque después, en pocos metros, convergen.
- Y comenzamos a descender el Peñón Molero, las vistas hacia el este se abren y tenemos al frente nuestros próximos pasos, un descenso de la ladera este del Molero muy continuada y directa, con un declive a tener en cuenta, mejor tomárnoslo con calma.
- Más al frente tenemos una especie de cresta a la que llegaremos pero desde donde deberemos encontrar una senda a la derecha para comenzar a descender hacia el Barranco de l’Arc.
- Continuando por esa cresta podríamos llegar al Penyó Roc que desde aquí se aprecia perfectamente ya en la distancia… pero esa es otra historia.
- Al abrirse el horizonte Bernia ya se deja ver al completo.
- Al poco de empezar a descender el camino se transforma en sendero de pequeña dimensión, unos 50 cms de ancho, aunque es bastante evidente y se encuentra muy bien marcado.
- No encontraremos gran vegetación, tan solo matorral y monte bajo.
- Los primero metros son muy inclinados pero conforme descendamos la pendiente se suaviza y seguiremos bajando pero de manera más benévola.
- El sendero se dirige a una parte de esa cresta con unos peñones rocosos que destacan y por los que pasaremos junto a ellos creándonos un pequeño murete a nuestra izquierda. A partir de ahí podría decirse que incluso llaneamos y terminamos el descenso de la ladera del Molero.
- Si echamos la vista atrás la enorme ladera por la que terminamos de descender aparenta mucha más verticalidad de la que hemos sufrido. Hemos hecho un descenso con un desnivel de unos 200 metros.
- Por esa zona de rocas, si miramos a la derecha, empezamos a ver una inmensa ladera (por la que vamos a descender) y al fondo un valle, nuestro regreso.
- Continuamos unos cuantos metros más y aparecerá un gran hito de rocas marcando un cruce de caminos, siguiendo de frente llegaríamos al Penyó Roc pero tomamos el desvío a la derecha, nos despedimos del Peñón Molero, hasta la próxima.
- Iniciamos así el definitivo descenso por una ladera no de gran verticalidad, pero si de longitud, (un desnivel de unos 350 metros en un kilómetro y medio).
- El destino es claro al poderlo ver desde aquí arriba y al recorrido le intuimos un continuo culebreo por una ladera con pliegues, se presenta interesante.
- El sendero es evidente y claro, está completamente empedrado y durante el recorrido la vegetación es muy baja, una ladera con tan solo monte bajo y matorral, ni un solo árbol.
- Pero el sendero (marrón) hace gran contraste con el verde de la zona y eso permitirá verlo en la distancia e intuir el trayecto de antemano.
- El descenso es muy directo, a cada paso perdemos altura y lo hacemos continuamente, es muy vivo, sin rellanos.
- Durante el descenso la imagen del Penyó Roc la vamos a tener continuamente a nuestra izquierda, al principio un poco alejado pero en el transcurso del descenso nos acercamos levemente a él y al pasar a tenerlo por encima nuestra, cada vez se muestra más altivo.
- Y más teniendo en cuenta que es una mole de gran envergadura y con una gran verticalidad.
- Pasamos un pequeño barranco en donde zigzagueamos y tras realizar más de la mitad del descenso comenzaremos a ver el camino al que deberemos llegar.
- De pronto un cruce de caminos en forma de “Y”, una situación totalmente inesperada ¿izquierda o derecha? Al haber un hito en el lado más izquierdo continuamos por ahí (la elección no importaba, los caminos convergen posteriormente).
- Cruzamos otro pequeño barranco y comenzarán a asomar grandes peñones a nuestra derecha, al sobrepasarlos comenzaremos a ver unas inmensas oquedades en un tramo de la ladera que ya es totalmente vertical, a cierta distancia.
- El panorama es espectacular, con la tranquilidad de saber que ya queda poco para terminar el descenso aprovechamos el lugar para poder contemplar mejor tan curiosas y llamativas erosiones.
- Al principio solo vemos una pero tras descender algo más llegaremos a contabilizar hasta 3 grandes oquedades, unas más redondeadas, otras más alargadas.
- Continuamos el descenso y el sendero se dirige a una pequeña agrupación de pinos altos (los únicos de la zona) en donde hay un pequeño claro.
- Al llegar al claro el sendero se difumina algo aunque la continuación está a la izquierda de los pinos.
- El sendero continua descendiendo, el camino final ya comienza a verse más claramente y hacia él nos dirigimos.
- Finalmente alcanzamos el camino interior del Barranco de Tagarina, echamos la vista atrás para contemplar la gran ladera con sus más de 350 metros de desnivel que terminamos de descender y desde aquí es imposible volver a ver el inicio, al menos mirando hacia arriba veremos las oquedades por las que pasamos cerca, ahora mucho mejor.
- Ha sido un descenso intenso y largo y volver a llanear es algo que nuestras piernas agradecen.
- Al llegar al camino continuamos por el lado derecho, regresamos al Refugio de l’Arc.
- Este camino ya lo conocía al realizarlo en la ruta que hice al Penyó Roc, pero esta vez en sentido contrario y en ese sentido es en continuo pero leve descenso.
- El trayecto es muy agradable, estamos encajonados por grandes laderas a nuestros lados que a la vez están invadidas de grandes arboledas y más próximos a nosotros, bancales y campos de cultivo. Un bonito rincón al que es todo un placer volver.
- La dirección a seguir es bastante obvia, no encontraremos ningún cruce ambiguo, tan sólo accesos a las casas de campo cercanas, a la vez encontraremos señales del PR-V 9.
- El recorrido es largo, son unos 5 kms de tranquilo y plácido camino que serán un perfecto epílogo antes de llegar de nuevo al refugio de la Font de l’Arc.
- Volver a ver el Penyó Diví será la señal de que el final de ruta está próximo.
- Ruta intensa y dura pero soportable, combinado con tramos cómodos y amenos, de vistas espectaculares al llegar al Molero, larga por alcanzar casi los 21 kms … los adjetivos se me acumulan para definir esta gran y atractiva ruta.
- De esas rutas que recuerdas con el pasar del tiempo con entusiasmo y orgullo.
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