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La ruta del día se realiza en la sierra del Migdia, poco conocida por no haber encontrado muchas referencias en la red sobre ella y de su cima (la cima del Cavall), pero la única referencia que encontré me sirvió para realizar la presente ruta.
Recorrerla supone encontrarnos con unas vistas impresionantes aunque el coste es un desgaste físico importante.
El inicio de la ruta es en la población de Tormos, en su entrada. Al tener unas calles estrechas y ser una población pequeña, mejor dejar el coche en su entrada y recorrer sus calles hasta encontrar el verdadero inicio de ruta que está junto al cementerio de la población, en su parte alta.
El inicio no está muy bien señalizado y la única referencia puede ser un cartel caído y un poste-madero en pie sin indicación alguna, a escasos 20-30 metros de la puerta del cementerio. Pero nada más entrar en el sendero inicial encontramos señales típicas PR-V porque realmente coincidimos en el inicio con el sendero PR-V 58.1
Los primeros pasos se dan por un camino de piedra que va zigzagueando continuamente. Tiene escalones y de nuevo pueden venir reminiscencias a los escalones de piedra del Vall de Laguar. Es muy vertical y hace que alcancemos altura rápidamente. Pronto tendremos Tormos a nuestros pies.
El sendero es claro pero hay que estar atento a no meterse entre bancales o variantes que derivan hacia otras direcciones. La mejor referencia es que al terminar el ascenso en zigzag entre piedras y enormes rocas el sendero mirará hacia la costa y tendremos la sierra de Segaria y Montgó al frente y bordeará un peñón que justo en su base tiene una cueva.
A partir de aquí empezarán a salir las primeras palmeras incipientes, de baja altura, planta que nos va a acompañar en muchos tramos de la ruta.
Nada más bordear el peñón con la cueva haremos un giro "brusco" hacia la izquierda y Segaria y Montgó los tendremos ahora a nuestra espalda. Conectamos con el cruce del sendero que se dirige a la población de Sagra y a partir de aquí se ascenderá por un sendero por una zona de pinos reforestados.
Durante el ascenso se tiene a nuestra izquierda la cresta de Resingles con unas paredes de colores bastante llamativos, hay que tomarse el ascenso con calma por tener cierta verticalidad.
Al terminar de ascender por la zona del Resingle aparece ante nosotros otra cresta esta vez a nuestra derecha, muy puntiaguda y con cierto parecido a una espina dorsal animal.
Se sigue avanzando y se entra a una zona de umbría con una vegetación importante que invadirá el sendero por donde vamos de una manera selvática, por momentos estamos colapsados por la invasión, pero en cierto modo se agradece esta pequeña sorpresa natural.
Seguimos ascendiendo y llegamos a un punto en el que la enorme espina dorsal que nos acompañó en el ascenso curiosamente al verla de perfil no tendrá más de 3-4 metros de ancho, cuando de largo sobrepasará los 70-80 metros.
Tras el último ascenso llegamos a llano, estamos en el Pla de les Poets y prácticamente se proseguirá en llano los próximos kms, en esta zona llana las palmeras invaden gran parte de la senda que recorremos.
Aparece ante nosotros la visión de la cresta donde está el vértice de la sierra Migdia, la cima del Cavall, nuestro objetivo final después de haber realizado una circunvalación en la ruta y conocer Migdia. La cresta es de piedra lapiaz blanca y le da un aspecto singular y bastante llamativo, eso anima a llegar a ella posteriormente.
Una pequeña casa de piedra en ruinas sale a nuestro paso por el sendero por donde vamos, como referencia será aproximadamente el lugar y punto coincidente en el regreso de la ruta.
Proseguimos por una senda no tan bien definida y que puede llegar a perderse pero como referencia debemos continuar hasta encontrarnos con una segunda casa, con apariencia de Masia, de piedra pero derruida igualmente pero más grande que la anterior, con la ventaja de tener una mayor arboleda a su alrededor que nos cobijara con buena sombra, buen lugar para un primer descanso y retomar fuerzas.
La continuación del camino es bastante ambigua por desgracia, dejamos atrás la Masia en ruinas y se prosigue entre bancales buscando la continuidad de las paredes de la sierra del Migdia. Como referencia decir que se pasará cerca de un pozo de piedra y de 2 casas más pequeñas de piedra, lo importante es que las paredes de la sierra queden a nuestra izquierda y que aunque vayamos en paralelo por bancales, la senda definitiva aparecerá ante nosotros tarde o temprano.
Al coincidir con la senda, esta ya nos llevará irremediablemente en paralelo por la sierra del Migdia, por suerte no tiene variantes y es cuestión de disfrutar de las vistas que nos ofrece la senda. Como el barranco del Frare, una imagen espectacular que de fondo nos ofrece la población de Pego e incluso la costa.
Al andar junto a las paredes del Migdia se tienen unas imágenes espectaculares de sus paredes blancas que las tenemos a pocos metros. Este tramo de senda es bastante tranquilo y muy agradable de recorrer, hay que aprovecharlo.
Así, como de un paseo tranquilo campestre se tratase, se llega por sorpresa (por la situación) a una zona del cultivos que por las fechas sus árboles estaban en plena flor. Un oasis multicolor que revitaliza el ánimo.
La senda por la que se iba termina en estos bancales y contactamos con una pista forestal amplia que en su primer tramo ascenderá en zigzag para dejar atrás (visualmente) la sierra del Migdia y tener ante nosotros nuevos panoramas de sierras.
El horizonte se amplia y aparece ante nosotros la humilde sierra de Montnegre y más al fondo alineadas 3 sierras con forma piramidal pertenecientes a la Vall de Alcalà.
La pista, en una curva cerrada a la derecha, llega a un cruce con carteles del PR-V 58, tomaremos dirección "Ebo Figuereta" y eso implicará dejar la pista por la que íbamos por una senda estrecha pero bien definida.
En 10 minutos llegaremos a un cruce importante, el que contiene el Corral de La Carrasca. Se cambia la pequeña senda por la que íbamos por de nuevo una pista bien ancha que por tramos estará asfaltada inclusive, aunque por suerte poco.
La pista ofrece unas vistas muy interesantes a la Vall de Alcalà y a sus sierras, permite relajarse y disfrutar del recorrido y lo que nos ofrece visualmente.
Aunque realmente hay que estar atento a un desvío a la izquierda a los pocos metros de pasar junto a una antigua casa de piedra en ruinas. La pista por la que se iba hubiera llegado a Juvees del Poble d'Enmig.
A partir de aquí volvemos a ascender. Desde la Masía en ruinas del punto #2 que se avanzaba prácticamente en llano. Así que nos puede coger de imprevisto el cambio.
Este desvío pasa por una zona de bancales de cultivo y una especie de zona cercada para ganadería aunque ni visual ni sonoramente llegué a percibir la presencia de los animales, quizás estuviera en desuso.
Seguimos ascendiendo por la pista con tranquilidad y pasamos por una alambrada que ya está específicamente cortada para poder realizar el paso a través de ella.
Se llega al punto más alto de la pista y desde aquí nos permite ver el punto #5, una casa en ruinas a una distancia prudente.
A partir de este punto la ruta realiza un giro inesperado e imprevisible ... pasamos de una primera parte de ruta que fue tranquila y fácil a una segunda parte algo dura y de señalización nula.
La pista por la que se andaba desaparece y hay que llegar a la casa en ruinas "como se pueda", sin un camino evidente aunque no plantea dificultad. Es un buen lugar para realizar un segundo descanso y retomar fuerzas.
Continuar la marcha se complica, desde la casa no parte ninguna senda o camino visible y muchos menos señales, ante nosotros hay un barranco con cierta arboleda y es por ahí donde finalmente se decide continuar evaluando las posibilidades que habían. Por la parte izquierda del barranco de árboles.
La vegetación es tupida y conforme se avanza por suerte aparece una especie de mini-senda que nos guiará medianamente a través de los árboles. Por momentos habrá que esquivar ramajes bajos.
Esta arboleda no dura mucho y pronto volvemos a estar en campo abierto, ahora es posible seguir avanzando entre bancales, con algo de vegetación salvaje pero no la suficiente como para retenernos, por momentos es fácil intuir el camino.
Los bancales se tornan finalmente en ladera si seguimos por la izquierda y se avanzará por otro mini-sendero entre rocas pero con bastante vegetación baja asilvestrada, el avance es lento si le unimos que hay que ascender progresivamente.
Un punto de referencia es pasar junto a otra casa de piedra derruida, estamos ya cerca del punto #6.
Ascendiendo por ladera finalmente llegamos al final de la sierra por la que íbamos, a un punto alto, una especie de mirador que nos ofrece la increíble visión de toda la sierra del Migdia y de su cresta, y nos da una idea de lo que nos queda por realizar hasta la cima del Cavall, uno ya intuye que va a ser mucho y complicado.
Desde aquí se vuelve a ver el Montgó y la costa. Una imagen magnifica, un lugar de difícil acceso pero mereció la pena.
Desde ahí arriba hay que decidir como llegar a la cresta del Migdia y observa (por ser un lugar privilegiado) las mejores opciones, porque de nuevo, ni senda ni señales.
Se inicia un pequeño descenso bastante vertical entre unos picachos que termina entre arboleda, lo cruzamos como podemos y llegamos a la parte baja del barranco para inmediatamente ascender en dirección al cordal del Migdia. Un baja-sube directo. En el ascenso puede llegar a aparecer un mini-sendero entre la roca, fácilmente perdible pero el objetivo es claro, llegar al cordal de la sierra.
Este ascenso es más complicado porque la roca es lapiaz y eso implica llevar sumo cuidado entre piedra y piedra, el avance es lento de nuevo. Pero en unos 20 minutos se ha cambiado de cordal de sierra.
Si miramos hacia el mirador donde se ha estado minutos atrás vemos la espectacularidad del lugar y mucho mejor los picachos por donde bajamos.
Ahora ya estamos en el cordal de la sierra del Migdia y el objetivo es claro, avanzar por la cresta hasta la cima del Cavall.
La idea está clara pero el camino no acompaña, toda la cresta está compuesta por roca lapiaz y el avance es lento y calmado por condiciones de la propia sierra.
Es una pena que el avance tenga que hacerse mirando hacia abajo para llevar cuidado entre salto y salto entre roca y roca porque las vistas son magnificas. Mejor hacer pausas para recuperar aliento y admirar el lugar.
La cresta por momentos se estrecha y por otros se amplia, hasta que finalmente se llega a la base de la cima.
Ascender a la cima del Cavall es lo más parecido a escalar (al menos en esta dirección). Se realiza entre enormes piedras y los puntos de apoyo son de piedra lapiaz por lo que es lento y complicado.
Ni que decir que el bastón sobra y hay que usar las 2 manos. Continuamente hay que observa y otear las mejores opciones para no quedar atrapado en accesos muy complicados. Por momentos se puede hacer hasta largo porque parece no querer aparecer nunca el vértice.
Hasta que finalmente aparece, la cima del Cavall. Nunca antes una cima había costado tanto, pero valió la pena.
Se nota que no es una cima fácil y conocida porque el vértice está inmaculado, pulcro, como nuevo, no ha sufrido los típicos expolios que sufren los vértices de fácil acceso y conocidos. El cemento se ha resquebrajado pero por un proceso natural del viento, sol, lluvia ...
Desde la cima, una de las más puntiagudas que recuerdo, se tiene una visión perfecta de toda la Marina Alta.
Destaca Segaria y Montgó mirando hacia la costa; Pego y el Vall de Gallinera y ya sierras pertenecientes a la provincia de Valencia mirando hacia el norte; Vall de Alcalà y toda la cresta de la sierra Migdia mirando hacia el oeste; hacia el sur la cresta de Bernia asoma por encima de otras sierras ... toda una retahíla de sierras a nuestro alrededor.
Tras retomar fuerzas y apreciar el lugar debidamente queda volver y para ello hay que seguir unos cuantos metros por la misma cresta del Cavall, una cresta totalmente agreste y con enormes rocas que no facilita el avance.
Tras unos pocos metros por la cresta hay que buscar la mejor opción para empezar a bajar por la ladera de la sierra, un descenso lento pero seguro, las rocas tipo lapiaz no hacen fácil el descenso y provoca estar constantemente buscando las mejores opciones de avance.
Se deja la zona de rocas a mitad del descenso de la ladera y llegamos a una de matorral bajo por la que continuaremos descendiendo, pero sin camino o senda, se intentará contactar con la primera casa de piedra por la que pasamos al principio de la ruta.
Al llegar a ella encontramos la senda de vuelta, la misma de la ida, el camino de regreso ya nos lo conocemos perfectamente. Es una zona con mucha palmera baja.
La ventaja es que ahora todo será cuesta abajo para el regreso. Un descenso un poco en punto muerto debido al desgaste del día. Se pasará de nuevo por la espina dorsal, la zona de vegetación selvática, la cresta de Resingles, el cruce hacia Sagra y de nuevo Tormos aparece ante nuestra vista, pero con otro color, otra luz, han pasado muchas horas desde el inicio de la ruta.
De nuevo el cementerio y un poco de callejeo por la población para finalizar la ruta.
Una ruta un tanto abrupta y dura en su segunda parte, pero las cosas buenas a veces tienen su coste.

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FECHA	Abril - 2011
NIVEL DE RUTA	Muy alto
TIPO DE RUTA	Circular, excepto tramo inicio
ALTITUD CIMA	708 m
TIPO CIMA	Pico
KMS RECORRIDOS	15,5
PR-V/s USADO/s	58.1 Parcialmente

0	Inicio ruta	00:00
1	Cruce Tormos/Sagra	00:35
2	Masia en ruinas	01:30	01:40
3	Zona cultivos	02:30
4	Corral de la Carrasca	02:55
5	Casa en ruinas	03:40	03:50
6	Mirador	04:15	04:20
7	Cima	05:10	05:55
1	Cruce Tormos/Sagra	06:55
0	Fin ruta	07:25