- El barranco del Condoig es una ruta fácil y cómoda a un rincón húmedo y de frondosa vegetación situado en la Vall d’Alcalà junto a la pequeña población de Beniaia.
- No conlleva ninguna dificultad física ni de orientación, una buena ruta para disfrutar del entorno y descubrir esos pequeños rincones que esconde la provincia de Alicante.
- El Condoig es un barranco pero la ruta se interna, en tan solo un pequeño tramo, dentro de él pero a su parte quizás más interesante, un pequeño rincón preservado y acotado por una gran pared rocosa de gran humedad, creando así un espacio casi selvático.
- Comenzamos la ruta en Beniaia, un pequeño pueblo situado al norte de la provincia, en la comarca de El Comtat.
- El pueblo literalmente son 2 calles, podemos dejar el coche en pleno centro del pueblo, en el cruce de carreteras entre Tollos y Vall d’Alcalà pues ahí encontraremos habilitado una zona para estacionar junto a unos árboles y mirador con barandilla.
- La paz y calma que reina el pueblo nada más bajar del coche incita a disfrutar del silencio.
- Nos pertrechamos y en los primero pasos debemos tomar el carrer La Font, a nuestra derecha si hemos dejado el coche en ese párking. Una casa pintada de un llamativo y estridente azul nos da la alarma de la dirección a tomar, en el inicio de la calle también hay una pequeño taberna, “El Llogaret”
- Atravesamos la calle y en unos 130 metros ya salimos del pueblo, tomamos una pequeña curva y giramos a la izquierda encarando un camino asfaltado dirección al lavadero del pueblo situado a tan solo unos 150 metros. Característica edificación techada a la que le llega canalizada el agua de una cercana y pequeña fuente de 2 caños.
- Junto al lavadero hay una pequeña zona de esparcimiento infantil y comederos circulares de piedra.
- Justo antes de llegar al mismo lavadero hay un camino de hormigón a la izquierda que rodea el lugar en un plano superior, lo tomamos y circundamos el lugar para acabar tomando un pequeño sendero.
- A nuestra derecha en la distancia Beniaia, o más bien la calle por la que hemos salido del pueblo.
- Al tomar el sendero comenzamos a ascender levemente una pequeña ladera empedrada, el sendero por momentos no es fácil de seguir porque se vuelve ambiguo pero tomamos como referencia para avanzar una torreta eléctrica por cuya base pasaremos.
- Tras pasar la torreta el sendero se define.
- Seguimos por el sendero y comenzamos a llanear y en breve (300 mts) llegamos al antiguo poblado morisco de la Queirola, pequeña agrupación de casas abandonadas en este momento, aunque intuí que una de ellas estaba “habitada”.
- El lugar es una agrupación de casas con distintas estancias cada una, el sendero pasa por el medio de ellas y al paso podemos hacer una inspeccionar ocular externa bastante somera.
- Tras pasar las casas nos enganchamos a un camino de tierra por el que avanzamos teniendo un muro de rocas a nuestra derecha.
- Tras unos 350 metros llegamos a un cruce en “cuña” en donde hacemos un giro a la derecha muy pronunciado, de 45 grados.
- En este mismo cruce hay una pequeña casa de campo y un poste identificando la zona “El paratge natural del Condoig”, vamos bien encaminados.
- Tras el giro cerrado a los pocos metros debemos tomar el ramal derecho en un cruce en forma de “Y” que nos lleva hacia los campos de cultivo de esta zona.
- Hacemos una pequeña curva y enseguida tras andar unos pocos metros el camino vuelve a girar a la izquierda ascendiendo levemente.
- Realmente estamos pasando por en medio de los campos de cultivos o al menos eso aparenta y nos entran sospechas si estamos haciendo bien, pero es que el camino pasa literalmente por ahí, no hay otra opción y damos por bueno que podemos haciendo un uso cívico.
- Llegamos a otra sección de campos de cultivo y aquí debemos dirigirnos “al fondo a la izquierda”, atravesamos estos campos de cultivo intentando ser fiel al camino y llegando al límite final, donde termina el bancal, encontraremos un pequeño hito de piedras y un sendero.
- Accedemos al sendero, dejamos la zona de cultivo con la buena sensación de no haber dejado huella de nuestro paso por ese tramo.
- El sendero es muy pequeño (40-45 cms) pero está muy bien definido por el contraste de la piedras y la vegetación lateral.
- Primero pasaremos por un gran claro en el que el sendero se vuelve ambiguo por pasar por zona rocosa, aún así es clara la continuación. Después nos introducirnos en un pequeño bosquete de pinos pero de corta duración, rápidamente volveremos a salir a campo abierto.
- A partir de aquí ya comenzamos a ver una gran brecha a nuestra izquierda pero todavía en la distancia, acertamos al pensar que estamos ya cerca del barranco del Condoig.
- Un pino solitario sostiene apuntalado con clavos un cartel desvencijado de madera con forma de flecha y con unas letras ya desgastada pero que logramos descifrar ... “Condoig”, seguimos la dirección.
- El sendero ya claramente se dirige hacia el barranco y pasa a poca distancia del borde superior, es más que interesante salirse del sendero y acercarse al borde del barranco para poder contemplar el Condoig desde arriba y hacernos una idea de su tamaño, dimensiones, vegetación interna, altura ... y por donde pasaremos más tarde.
- Desde aquí arriba tiene el aspecto de un anfiteatro natural enorme.
- El interior está repleto de vegetación y de arboleda de gran altura, es imposible ver el suelo del barranco, parece estar abarrotado de un mar verde de distintas tonalidades.
- Y la altura de la arboleda interior es bastante alta, sobresale mucho.
- Pero el acceso al interior del barranco no es directo, el sendero no baja en línea recta desde aquí arriba, debemos continuar por el sendero para realizar poco a poco una circunvalación que a la vez nos permite ir descendiendo gradual y cómodamente.
- Y esa circunvalación se hace rodeando un pequeño peñón, a partir de aquí la vegetación comienza a desbordarse, los pinos crecen anárquicamente teniendo distintas alturas y el matorral y monte bajo crece por doquier, pero seguimos intuyendo el sendero.
- Tras hacer una media vuelta en descenso notamos que poco a poco estamos llegando al nivel del barranco.
- La vegetación nos sobrepasa sobradamente en altura, las tonalidades verdes de las distintas especies vegetales es bastante interesante.
- Aún con toda la vegetación desbordada a nuestro alrededor el sendero sigue definido (por suerte) y podemos seguir avanzando sin problemas en dirección a la pared del barranco, o al menos intuimos que vamos en esa dirección porque no la vemos.
- De nuevo otro pino sostiene a base de clavos un cartel de madera con forma de flecha, este con unas letras más nítidas (¿quizás repintado?) indicando la dirección correcta ... “Condoig”
- Para mi gusto este cartel ya sobraba porque obviamente ya estamos muy metidos en el Condoig y la dirección a seguir es obvia y evidente.
- Tras este cartel la vegetación ofrece algo de “tregua” y en un gran claro podremos ver la pared del Condoig al fondo, calculamos que a unos 70-80 metros pero de por medio una auténtica selva.
- A partir del cartel la cosa se pone seria pero a la vez interesante.
- Seguimos avanzando y lo haremos por auténticos túneles de vegetación, por momento de más de 2 metros de altura, la vegetación lo invade todo, una buena localización para una ambientación amazónica.
- Lo normal es que el ramaje nos retenga o tengamos algún leve enganche sin llegar a mayores, la vegetación parece intentar retenernos para no descubrir el secreto del lugar.
- Pero el trayecto es corto o podemos hacerlo corto si queremos o podemos disfrutarlo pausada y minuciosamente, sin perder detalle de lo que nos rodea, escuchar pequeños movimientos de la vegetación (¿animales? Si fuera así anfibios o reptiles o pequeños mamíferos), descubrir setas en rincones húmedos, escuchar el canto de las aves en la distancia ... el lugar me pareció mágico, fascinante.
- De hecho pasar por este tramo fue uno de los pasos más interesantes que hecho últimamente.
- Avanzamos a ciegas, sin saber que nos vamos a encontrar a cada paso, pero a cada paso aumenta la inquietud de saber que hay un metro más adelante y nos incita a continuar.
- Cada pocos metros una parada y mirada hacia las alturas, por encima de la vegetación buscando detalles del excepcional sitio o mirando al suelo observando la densidad y la casi impenetrable vegetación.
- Finalmente llegamos a un murete, una mini presa que parece retener algo de agua, aunque hoy no mucha, más bien barro. Estamos a escasos metros de la húmeda pared del Condoig y parece que ya es muy difícil la continuación ... ¿o no?
- Seguimos la línea del murete realizando pequeñas contorsiones para evitar el ramaje y en 5 metros conseguimos llegar a un claro en donde vemos una pequeña charca con algo de agua.
- A la vez vemos al fondo ya la pared del Condoig, objetivo a la vista y a escasos 7-8 metros. Tan solo nos separa la charca que está rodeada por hermética y espesa vegetación ¿pasar por encima mojándonos? Lo descartamos, en ese momento habrían unos 30-40 cms, suficientes para llegar hasta casi la rodilla.
- El paso izquierdo es infranqueable porque está junto al barro anterior, nos decidimos por el derecho que tiene mejores visos.
- Por este lado encontraremos “tierra firme” junto a la charca aunque con vegetación, debemos usar nuestras artes y malabarismos para sortear todo tipo de ramas y espesura, por suerte no muy densa, un poco de contorsionismo, juego de rodillas arriba y abajo, agachar el lomo, equilibrio para no caer a la charca y listo ... estamos en la húmeda pared del Condoig, la podemos tocar.
- Hemos conseguido el objetivo, adentrarnos hasta la mismísima pared del Condoig y ahí encontraremos unas pequeñas cascadas gota a gota filtradas de la misma pared resbalando por encima de musgos y helechos, el agua al caer al suelo crea charcos totalmente cristalinos.
- A la pared no se le aprecia ningún atisbo de piedra, completamente todo está invadido por la vegetación, tan solo a partir de los 15-20 metros asoma algo de roca.
- El lugar es estrecho y no ofrece más aliciente, impensable andar un poco más hacia alguna dirección porque desistiríamos en el primer metro, por tanto damos por bueno el lugar como fin de camino.
- Guardamos silencio y nos creemos estar en medio del amazonas. Estamos literalmente engullidos por la madre naturaleza, en lo más profundo de un selvático barranco aislado en algún punto del norte de la provincia de Alicante y lo mejor de todo es poder disfrutar de cada segundo del momento, de cada detalle.
- Dejamos la pared y realizamos el camino inverso pasando por el mismo lugar junto a la charca realizando las mismas piruetas.
- Alcanzamos el murete de rocas y cogemos el sendero para iniciar el regreso.
- Aún siendo el mismo de la ida las sensaciones de pasar por un lugar nuevo reaparecen.
- Llegamos así al inicio de la subida para empezar a rodear el peñón por el sendero que lo circunvala y así salir del barranco.
- Aquí debo decir que mi intención era aventurarme por el interior del barranco e iniciar una pequeña travesía para llegar supuestamente a unos caminos que me llevaría de nuevo hasta las cercanías del antiguo poblado morisco de la Queirola y de ahí por caminos y pistas regresar a Beniaia.
- De hecho me adentré en el barranco continuándolo y avanzando cuidadosamente sin un camino o sendero perceptible y tras varias decenas de metros desistí del objetivo porque me pareció misión imposible ante la espesa y compacta vegetación. Ni con un machete.
- Cada metro, cada paso era una auténtica aventura, otear un destino digno a 2 metros una auténtica odisea, lo peor era tener la sensación de no saber por donde caminaba dentro una zona selvática.
- Desistí, me dí media vuelta y en ocasiones así es cuando se aprende a ser humilde y aceptar que cuando no se puede, no se puede. Cuando el senderismo se vuelve molesto, mejor dar media vuelta.
- [Esta opción de continuación la recopilé de la magnífica web de senderismo apatita.com, y posteriormente he comprobado que incluso la misma web desaconseja realizar este tramo por la nueva dificultad creada ante la vegetación creciente] Doy fe de ello.
- Tras volver de nuevo al cruce que inicia la circunvalación al peñón en ascenso lo tomamos y comenzamos a regresar a Beniaia por el mismo camino que se realizó al principio, por tanto toda la ruta es lineal, de ida-vta.
- Realizamos el ascenso y volvemos a estar en la parte alta del barranco, nos acercamos de nuevo al borde del barranco para volver a asomarnos a su interior, pero esta vez con una agradable sensación de haber estado ahí abajo, de haber recorrido ese corazón selvático.
- Si oteamos bien podemos llegar a intuir por donde pasa el sendero por el medio y a la vez la parte de la pared a la que llegamos.
- Ya tan solo queda volver a pasar por los campos de cultivo, el antiguo poblado morisco y el lavadero de la población para regresar a Beniaia.
- Corta pero intensa y fácil pero atractiva, de esas rutas inadvertidas o lugares que pasan desapercibidos pero que una vez conocido uno queda totalmente entusiasmado.
- Totalmente recomendable conocer el Condoig, un lugar apartado e inhóspito pero con una magia increíble.
- A tener en cuenta el momento del año y condiciones climatológicas para visitar el lugar. Primero porque no deja de ser un barranco y porque le vegetación selvática dependerá de venir de una etapa de aguas o de sequía. Aunque no deja de ser un barranco de umbría, húmedo y profundo.
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