- La Sierra del Ferrer se encuentra situada en la Marina Alta, a poca distancia de la de Bernia, más al norte y en perpendicular a ella. Quien alcanza la cima de Bernia y mira hacia el norte tendrá a sus pies toda la cresta de la sierra del Ferrer.
- Es otra de esas sierras poco conocidas, situadas en un segundo plano y que permanecen relegadas a un incoherente paso inadvertido. Quizás sea por ser una sierra difícil de recorrer por estar compuesta en su práctica totalidad por una enorme y aguda cresta que de punta a punta tiene una longitud aproximada de 4 kms y con una vertiente oeste totalmente abrupta, con despeñaderos impresionantes.
- En la ruta se recorre solo una parte de esa cresta (unos 2 kms) y en ellos se alcanza la parte más alta de la sierra (898 m de altitud), se realizan unos pasos por 2 repechos de lo más espectaculares y se deambula muy buena parte del recorrido cerca de la cresta y por tanto de unas verticales vertiginosas de incalculable altura y de extraordinaria belleza.
- Una ruta no apta para quien padezca algo de vértigo pero sí para quien busque una sierra con emociones y fuerza visual.
- El inicio de ruta se encuentra en un bonito paraje interior denominado Las Casas del Masserof, un bonito valle situado entre Ferrer, Bernia y Sierra de la Solana. Hay que llegar a la población de Jalón y desde ahí coger la poco transitada carretera CV-749 y tras unos 4,5 kms llegaremos a Masserof, una pequeña agrupación de casas de campo de piedra y con algunos restaurantes en un idílico y tranquilo lugar.
- Dejamos el coche en algún lugar junto a la carretera y a alguna casa donde no moleste y cerca del restaurante "Casa Susi" pues junto a él se encuentra el inicio de ruta.
- Antes del restaurante y junto a una pequeña curva de la carretera, encontraremos un camino de tierra bastante evidente, lo cogemos, iniciamos la ruta.
- El camino pasa por la parte posterior de "Casa Susi" y a nuestra izquierda tendremos viñedos, avanzamos en busca de Ferrer.
- Poco a poco vamos tomando altura, es un trecho sin treguas en el que ascenderemos rápidamente e iremos obteniendo muy buenas vistas a nuestro alrededor. De esta manera podremos ver perfectamente el encantador paraje de Masserof.
- Este camino de tierra no tiene pérdida, no tiene variantes y es el que nos llevará hasta el cordal de la cresta. Sin embargo su aspecto no es igual durante el avance.
- Por momentos el camino es ancho y evidente para en pocos metros estrecharse y adentrarse en tramos bastante erosionados o invadidos por la vegetación lateral que nos hacen dudar si es por ahí o incluso si nos hemos descarriado. Estos pasos "selváticos" o erosionados dan un poco de "vidilla" al ascenso.
- Tras unos primeros zigzags encaramos una larga recta en una fuerte pendiente erosionada y empedrada. Por aquí las vistas se despejan mucho hacia la Marina Alta y podremos ver sin problemas el Montgó.
- Estamos encarando Ferrer y las primeras crestas ya asoman en esta recta por encima nuestra. Por aquí es donde empezaremos a ver que el camino se humedece, un pequeño reguero perteneciente a alguna fuente o manantial de la zona invade sutilmente el camino sin llegar a encharcarlo. Aunque este aspecto dependerá siempre del momento y temporada de realizar la ruta.
- Miramos hacia Masserof y notamos que hemos ascendido mucho, las casas agrupadas las vemos muy lejanas mirando hacia abajo, cada vez estamos más cerca de la imponente cresta de Ferrer, enormes laderas verticales nos dan la bienvenida.
- Unos pocos zigzags más y cuando el camino empieza volverse más llevadero, más llano, es la señal de que estamos alcanzando el punto #1 de la ruta.
- Se llega así a un pequeño collado, un pequeño tramo llano por el que notamos que las vistas a nuestro alrededor se aclaran bastante. Avanzamos y al poco sale a nuestra izquierda un camino ancho y evidente en pequeño ascenso ¿a donde va? ... no hay que dejarlo pasar.
- Este camino lleva en un corto repecho a un perfecto mirador, una pequeña planicie en donde obtendremos un buen otero a toda la Marina Alta. Desde el Montgó algo lejano a Bernia en primer plano con toda la línea costera entre las emblemáticas elevaciones. Y al frente el Peñón de Ifach y Oltá. Acabamos de empezar y es todo un placer encontrarnos con un lugar así.
- A nuestra espalda la sierra del Ferrer casi al completo. Podemos observar a una distancia perfecta su perfil, su cresta y su bondadosa ladera sur, la menos abrupta pero con su buena verticalidad. Más a la izquierda el repecho del árbol por el que posteriormente pasaremos y en donde está situado el punto más alto de la sierra, los 898 m.
- Estamos en un buen lugar para hacernos una idea del recorrido que falta por hacer.
- Tras disfrutar del horizonte que nos ofrece el mirador, desandamos el corto camino y volvemos al principal.
- Continuamos por él en la misma dirección y advertimos que se adentra en una pequeña pinada de la zona, el único tramo arbóreo de prácticamente toda la ruta.
- El camino se dirige hacia la cresta del Ferrer en línea recta primero descendiendo, para después ascender y girar a la izquierda saliendo ya de la pinada.
- Dejamos atrás la arboleda y el camino avanza hasta que de pronto termina, pero ... vaya lugar para terminar !!! hemos llegado a un punto de Ferrer en donde estamos rodeado de imponentes paredes verticales, despeñaderos vertiginosos y pedregales en descenso interminables. Un lugar sobrecogedor por su belleza natural, impactante, imposible que deje indiferente a alguien. Un emplazamiento difícil de alcanzar y solo por llegar ahí ya habría valido la pena todo el ascenso. Encandilarse ante la panorámica es fácil.
- Pero ... ¿no teníamos la cresta de Ferrer a nuestra derecha en el mirador? ¿ahora la tenemos a nuestra izquierda? No nos hemos dado cuenta pero hemos cambiado de vertiente en unos pocos metros. Cambiamos de lado en un abrir y cerrar de ojos y lo hicimos sin darnos cuenta en el paso por la pinada.
- Ahora podemos ver la sierra de Aixortà y la del Carrascal en primer término, separados por un pequeño valle a nuestros pies.
- Solo cuando hemos disfrutado del entorno, de las paredes verticales, de unas impresionantes vistas a nuestro alrededor es cuando salta la pregunta ... ¿y ahora por donde se continua? Y la respuesta la tenemos al frente, un repecho respetable.
- Absortos por la belleza del lugar al llegar, dejamos de lado un pequeño sendero a nuestra izquierda y que no advertimos, pero que descubrimos cuando salimos del éxtasis visual. Unos pequeños hitos nos avisan de él.
- Intuimos que la continuación de ruta es por esa senda y que nos llevará a la base e inicio del enorme repecho ... y así es.
- Aunque el tramo no conlleva ninguna dificultad, hay que tener en cuenta que el sendero avanza en perpendicular a la vertiente endiablada de la que no llegamos a ver su final. Centenares de metros a nuestra derecha en pendiente. Una inclinación pronunciada que no afecta en exceso al pequeño sendero, se pasa sin problemas, pero teniendo siempre presente que estamos en una zona empedrada y escarpada.
- Llegamos al inicio del repecho, una especie de canal y empezamos a ascender. Mientras estamos ascendiendo nos damos cuenta que no era tan fiero como parecía, se asciende sin mayores problemas, pero con precaución porque no hay sendero, solo se intuye algo parecido a un surco entre el terreno vertical empedrado.
- A cada paso las vistas a nuestro alrededor revolucionan las sensaciones que vamos viviendo. Imprescindible echar la mirada atrás conforme vamos ascendiendo por el repecho para ir descubriendo nuevas paredes, verticales y despeñaderos de Ferrer que estaban a nuestras espaldas y a la vez quedar asombrados ante la certeza de haber pasado a escasos metros de un abrupto precipicio.
- Mejor ir pegados a la pared que tenemos a nuestra izquierda.
- Finalizamos el repecho, ineludible mirar hacia abajo y redescubrir asombrados el bello rincón que hemos sobrepasado desde otro ángulo, desde otra perspectiva. Pero no por ellos sin dejar de embelesarnos.
- Estamos ahora en plena cresta de la sierra del Ferrer. Hemos ascendido, y mucho, y ahora empezamos a ver otros horizontes, otras sierras ... Puig Campana, Aitana, de nuevo Bernia y por tanto la costa otra vez. Al estar en la cresta tenemos a la vez vistas hacia las dos vertientes, todo un lujo.
- Y ante nosotros un peñón a cierta distancia, el punto más alto de Ferrer. Un peñón interesante por su aspecto desde aquí, es el mismo peñón que ya se podía ver tímidamente desde el mirador, punto #1.
- Para llegar a ese peñón hay que realizar una pequeña travesía por la misma cresta de Ferrer y por suerte en llano, primero por una senda bastante bien definida que ofrece acceso a la misma cresta.
- Una vez en ella el avance es bastante cómodo, se puede crestear completamente o avanzar por una pequeña senda a un nivel más inferior que se encuentra en la vertiente que da a la costa.
- Más interesante crestear por este tramo porque su dificultad es mínima, se avanza con comodidad y damos un plus de distracción pues las vistas que tendremos a nuestro alrededor serán más espectaculares. Por el contrario implicará llevar más precaución a cada paso y tener los sentidos a pleno rendimiento entre tanta piedra pues a nuestra derecha hay una ladera en caída.
- Llegamos a la base del peñón por un diminuto sendero y veremos que para ascenderlo hay que hacerlo por un repecho-canal que tiene cierta similitud al que se ascendió minutos antes, aunque este quizás no con tanta verticalidad, pero aún así es fácil mostrar admiración ante él por su belleza natural y porque de nuevo volveremos a pasar a escasos metros de un precipicio.
- Este repecho no tiene senda, de hecho está muy erosionado, mucha piedra y tierra suelta. A cada paso hay que asegurarse donde pisamos pues a nuestra derecha la vertiente tiene una inclinación respetable y podemos acabar rodando con destino impreciso. Mejor ir pegados (de nuevo) a la pared de nuestra izquierda.
- Puede que el paso de el tiempo (la erosión) le de otro aspecto a este pequeño repecho-canal así que lo aprovechamos aún que podemos para poder ascender a la cima.
- El repecho no tiene ninguna complicación aun teniendo verticalidad y un camino impreciso, mejor tomarlo con calma y disfrutar de las vistas a cada paso.
- En su parte final se encuentra una agrupación de monte bajo que de lejos aparentaba ser un gran árbol, lo rebasamos y llegamos a una pequeña zona de rocas que deberemos ir trepando para alcanzar la cima.
- Pero antes un último vistazo al bello rincón por el que hemos pasado, a la vertical canal ascendida que tiene su prolongación en la cresta que terminamos de atravesar, desde aquí y mirando hacia el norte se obtiene quizás una de las imágenes más bonitas de Ferrer.
- Ahora hay que llegar a la cima y para ello hay que ir ascendiendo a la parte más alta del peñón y aunque el camino no está nada claro, la senda no es evidente al estar rodeados de piedras y rocas, el destino es claro, llegar a lo más alto. Una pequeñas trepadas muy fáciles ... y cima, estamos en el punto más alto de la sierra del Ferrer, 898 m de altitud.
- En el lugar no hay ni vértice, ni hito de piedras, ni señal de que llegamos a cima ¿tan olvidada está la sierra que hasta no tiene distinguida su cima? Solo percibir que no tenemos nada más por encima nuestra nos hace indicar que estamos en el punto más alto de Ferrer.
- Aunque quizás sí hay un pequeño distintivo que precise cual es el punto más alto de la sierra y es una gran roca plana la cual hace de perfecto trono de asiento para que descanse quien se atreve y se anime a subir hasta ahí.
- Aparte para sentarse, la roca también sirve de plataforma elevada y por tanto de mirador a nuestro alrededor.
- Las vistas desde la cima son de un nivel paisajístico sublime. Hacia la costa son muy similares a las obtenidas desde el primer mirador (punto #1) pero obviamente desde una mayor altitud y por tanto muy mejoradas.
- La sierra del Ferrer está en paralelo al mar y esa línea abarcaría desde el Montgó hasta Bernia, desde aquí la afilada cresta de Bernia la tenemos a una distancia muy cercana y eso nos permite admirarla con total detenimiento y admiración. Más allá del Montgó adivinamos la sierra de Segaria y el Peñón de Ifach ahora ya es una diminuta roca costera.
- A nuestros pies, al final de la ladera que da a la costa, tenemos todo el recorrido en llano que realizaremos posteriormente para volver al inicio, por tanto es un lugar propicio para estudiarlo y deducir por donde pasaremos y obtener pistas de su recorrido.
- Hacia la otra vertiente, la más abrupta, tenemos las vistas a cierta distancia y alineadas de las sierras del Puig Campana, Ponoig y Sanxet, y Aitana se identifica por sus antenas. Mucho más cercana Aixortà y su Barranc del Negre destacando como una fisura de ella.
- Y ya en un primer plano la sierra del Carrascal y la ladera este con el camino zigzagueante que lleva hasta su caseta y el Coll de Rates pegado a Ferrer más a la derecha. Un inmenso valle con parcelas, campos de cultivo y casas de campo nos separa de ella.
- Unas vistas que seducen y compensan el esfuerzo realizado hasta el momento, que de momento es poco.
- La continuación de la sierra del Ferrer, la cresta que nos queda por recorrer está escondida tras una espesura de vegetación estando en la cima. Esto le da un aire enigmático pues no somos capaces de adivinar nuestros próximos pasos todavía.
- Empezamos a descender de la cima y deberemos atravesar buena parte de esa espesura que nos tapaba y mejor por su parte izquierda. Encontraremos una senda diminuta que nos ayuda a avanzar entre la maleza.
- El descenso aun siendo pronunciado no es complicado pero habrá que prestar atención a cada paso pues el terreno está empedrado y la vegetación no ayuda mucho.
- En uno de los claros que nos ofrece el descenso podemos ver a la perfección el resto de la cresta que nos queda por atravesar y deduciremos que es bastante y que será una travesía entretenida. El final y el lugar a alcanzar para empezar a descender la cresta lo indica en la lejanía un pequeño campo de cultivo con forma de media luna. Y la señal para empezar a descender la cresta será una antigua torreta eléctrica en desuso (no visible desde aquí).
- Terminamos el descenso del peñón donde estaba situada la cima, echamos la mirada atrás y ... ¡sorpresa!, el peñón es mucho más afilado de lo que creíamos. Hemos hecho un descenso abrupto por una ladera vertiginosa a escasos metros de despeñaderos interminables. Tragamos saliva.
- Continuamos la marcha y el resto de la travesía será más llana, con pequeños sube-bajas pero sin importancia y en la mayoría de los casos cerca o muy cerca de la misma cresta de Ferrer.
- La vertiente interior es la más abrupta. Precipicios y abismos de centenares de metros a nuestra derecha nos acompañarán durante todo el recorrido, constantes perspectivas nuevas a ella a cada paso que nos provocará sensaciones vertiginosas pero a la vez de impresionante belleza, una cresta de lo más afilada y con un espectacular encanto hipnotizante.
- El camino por momentos está marcado por una pequeña senda cuando pasa por vegetación o por zonas "alejadas" de la cresta pero al entrar en zona de rocas es muy fácil perderlo pero ... ¡¡ no importa !! si tenemos espíritu inquieto y aventurero el sendero es lo de menos pues en ocasiones pasa tan alejado de la cresta que incluso apetece separarse de él para otear horizontes de inquietante verticalidad deambulando por la cresta.
- En otras ocasiones intuimos un razonable peligro si cresteamos tan estrictamente que es aconsejable para nuestra seguridad descender un poco a la izquierda y no ir tan expuestos a la cresta. Si no encontramos el sendero no importa porque lo fundamental es seguir avanzando en paralelo a la cresta aunque sea en un plano inferior, el objetivo es llegar a la torreta eléctrica.
- El avance en un plano inferior a la cresta puede que se haga en ocasiones dando saltos por enormes rocas o piedras si no hemos localizado la senda.
- Pero en cuanto deduzcamos que podemos volver con facilidad a la cresta y avanzar por ella, es aconsejable volverla a alcanzar y seguir por ella para seguir disfrutando de un recorrido espectacular.
- Cuando empezamos a ver en la lejanía una torreta eléctrica sin cables será la señal de que llegamos al fin de la travesía. Y los últimos 150 metros antes de llegar a ella se harán sin cresta, tan solo una leve inclinación lateral sin importancia. Curioso que el final de la travesía de la cresta sea tan fácil.
- Llegamos a la torreta eléctrica. Más allá hay otro peñón igual de espectacular que los anteriores pero este ya no lo alcanzaremos. Es la Penya Grand, por detrás de él ya se encuentra el Pas dels Bandolers.
- Desde aquí echamos la vista atrás y nos complacemos de haber atravesado tan solo 2 kms de la cresta de la sierra del Ferrer ... pero que 2 kms !!! se nos antoja haber recorrido el doble o el triple debido al recorrido tan irregular y variable que nos hemos encontrado pero que ha sido compensado por unas vistas sobrecogedoras y sensaciones emocionantes.
- A nuestros pies el terreno cultivado que veíamos tan lejano, 2 kms atrás, al descender de la cima. Lo siguiente es fácil, llegar a él descendiendo la ladera.
- Nos despedimos de la cresta y empezamos a descender la ladera en dirección al campo de cultivo con forma alargada que vemos abajo. El descenso no es fácil ¿existe senda? algo existe al principio pero se pierde con extrema facilidad y lo mejor es bajar por donde se pueda oteando las mejores opciones y evitando entrar en zonas de aglomeración de monte bajo, hay tramos de rocas en los que es más fácil avanzar dando saltos.
- No conlleva ningún problema si logramos evitar quedarnos atascados por la maleza, al menos el objetivo es claro, alcanzar el campo de cultivo como sea aunque sea campo a través.
- Durante todo este descenso seremos observados por la atenta mirada de la sierra de Bernia.
- Cuando empezamos a descender escalones de bancales, será la señal de que nos estamos acercando y el tramo empieza a mejorar en cuestión de avance. La maleza se diluye y ya podemos ir más cómodamente.
- Entramos al campo de cultivo (viñas) y la mejor opción es alcanzar la casa que se encuentra justo en la mitad del terreno cultivado, pero atravesando las viñas ... una valla rodea todo el terreno. En algún momento del descenso saltamos una valla caída y ahora estamos metidos en el terreno cultivado rodeados de vallas.
- Para alcanzar la casa saltamos la valla en un punto de ella que encontremos más cómodo a nuestra altura. Sin mayores problemas. Hemos hecho una intrusión sin proponérnoslo.
- Y por fin la casa, terminamos un descenso que no ha sido muy agradable, pero tampoco muy complicado, pero era una opción directa para descender de la cresta de Ferrer e iniciar así el regreso al punto de partida.
- ¿Que tenemos bajo nuestros pies? Han sido tantos kms y tanto tiempo andando-saltando bajo piedras y rocas por la cresta que andar ahora por llano se agradece.
- La casa pertenece a la zona del Masserot dels Triscannes, el punto #4, una lugar con campos de cultivo y algo de arboleda dispersa a los lados y en el que encontraremos un par de casas semiderruidas y otra en perfectas condiciones (con aspecto de haber sido reformada) y junto a ella un pozo de piedra. En medio un camino bien amplio por el que avanzamos.
- Un buen lugar para un breve descanso tras el descenso.
- Este es el punto de partida para iniciar el regreso al inicio, el cual será un intrincado cruce de caminos y sendas a los que deberemos prestar atención para no dejarlos pasar.
- Continuamos por el camino evidente y alcanzamos un segundo pozo de piedra. En este punto giramos a la izquierda siguiendo el sentido natural del camino por el que vamos.
- Seguimos por un camino ancho con doble surco, un recorrido plácido y cómodo. Atravesamos bancales de una forma cómoda, sin sobresaltos y con buena vegetación a los lados.
- El camino hará una gran curva al principio y tras una gran recta el camino va convirtiéndose de una manera sutil, poco a poco, en un pequeño sendero que se adentra en una zona con gran vegetación baja.
- Convertido el camino en sendero, éste avanzará entre maleza y monte bajo y hará una pequeña "S" rodeando otra torreta eléctrica en desuso que anda por ahí. No es complicado el avance pero mejor estar atentos a no perder el pequeño sendero.
- Tras una curva cerrada continuamos avanzando por el pequeño sendero. Este se ha convertido en bastante ambiguo por pasar por monte bajo que desborda el sendero pero seguimos avanzando por él porque la traza existe y aun siendo muy pequeño es fácil seguirlo.
- En este tramo tendremos por encima nuestra un cable eléctrico que puede servir como pista para saber que vamos bien encaminados. Aquí estamos avanzando en paralelo a un escalón de un bancal.
- Casi de súbito, el diminuto sendero (que empezó siendo un gran camino allá por el 2º pozo) finaliza en la curva cerrada de un camino de tierra bastante grande, seguimos por la derecha.
- En breve (80 metros) llegamos a otro cruce, aquí a la izquierda en dirección a una casa de campo previsiblemente habitada (no en ese momento) pues el camino hacia ella está cortado por una cadena que rebasamos.
- Llegamos a la zona de la casa de campo y junto a ella un pozo de piedra (el 3º del día). Estamos en la parte exterior de la casa (Casa Jaume) y este quizás sea el punto más impreciso y ambiguo de toda la ruta, ¿¿por donde está la continuación??.
- Ningún sendero o camino a la vista, parece que el camino de entrada a la casa es de servicio exclusivo a ella pero realmente hay continuación.
- Hay que rebasar la casa, llegar al máximo del final del camino (descartando uno a la izquierda que asciende) y junto a unos palmitos y un pequeño árbol encontraremos algo parecido a un sendero que se dirige a ... pues si, una torreta eléctrica en desuso.
- El sendero está muy empedrado, tanto que no sabría decir si realmente es campo a través pero conforme avanzamos se perfila y acentua el camino. Hay que ir dirección a la torreta y al rebasarla el camino gira a la izquierda y desciende pronunciadamente por un tramo algo selvático para alcanzar un camino entre bancales. Giramos a la derecha.
- Un tramo corto pero intenso, quizás sea algo complicado localizarlo pero es por ahí exclusivamente pues realmente es la única forma de salvar un curioso cortado semicircular que se encuentra a escasos metros de la casa de campo.
- Avanzamos por el nuevo camino con campos de cultivo a ambos lados, ahora volvemos a avanzar cómodamente y seguimos en línea recta en dirección a otra casa de campo que vemos ya en la distancia.
- Al llegar a ella, antes de hacer una curva a la derecha, localizamos una aglomeración de mediana altura de arboleda en cuyas bases encontraremos un pequeño hito que nos advierte de un pequeño sendero a tomar. De nuevo un cruce algo ambiguo que puede pasar desapercibido si no estamos atentos.
- Continuamos ahora por un camino impreciso, no definido que pasa junto a algo parecido a un aljibe y desde el que veremos una casa a nuestra derecha a unos 50 metros. No hay que dirigirse a ella, hay que localizar un pequeño sendero que desciende entre los bancales, inicialmente de tierra, que poco a poco se convierte en un pequeño sendero entre hierbas y maleza y que tras un pronunciado descenso termina en un camino de tierra.
- Otro tramo ambiguo y extraño pero que por suerte es de escasos metros.
- Así llegamos a otro camino de tierra. Giramos a la izquierda. Este camino es ancho y con 2 surcos en el piso y llegados a él podemos estar ya tranquilos, ya no tenemos giros inesperados y cambios de caminos y sendas hasta alcanzar la carretera.
- En los primero metros realizamos una gran curva para después avanzar entre bancales y campos de cultivo y pasar junto a alguna caseta de campo de reducido tamaño.
- Posteriormente el camino sí atravesará casas de campo de gran tamaño y habitadas y con grandes viñedos, será la señal de que estamos acercándonos a la carretera CV-749. Cuando el suelo pasa de tierra a hormigón se empieza a ver ya el asfalto en la distancia.
- Finalmente se contacta con la carretera. Hemos logrado recorrer (y con éxito) el enrevesado tramo de regreso al inicio en el que nuestra orientación estuvo a prueba con los cambios continuos de sendas a caminos y viceversa. Al menos los pasos por bancales, pozos, casas habitadas y deshabitadas, sendas selváticas, campos de cultivo consiguieron un regreso entretenido.
- En este punto si giramos la cabeza veremos la cresta de Ferrer lejana pero podremos llegar a vislumbrar, aun con toda la distancia, la primera torreta eléctrica que nos sirvió de señal para empezar a descender la cresta.
- Tan solo nos queda casi 1 km de cómodo pero antipático asfalto para llegar de nuevo al bello rincón de Las Casas del Masserof en donde nos esperará nuestro coche.
- La travesía de la cresta del Ferrer es una de esas experiencias en la montaña que dejan marca y quedan en el recuerdo. Es sin duda una de las mejores crestas que tiene la provincia de Alicante y es una pena que no esté más reconocida pero ... ¿quizá no sea mejor que siga así?.
- Puede que de esta manera se preserve más su encanto y quede como una sierra inexpugnable y solo la disfrutemos quienes nos atrevemos a visitarla y la sigamos encontrando igual de virgen e intacta cada vez que queramos volver a ella.
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